La noticia sobre la muerte del obispo Samuel Ruiz García, la mañana de ayer en el Distrito Federal, fue recibida con tristeza y reconocimiento unánime a su lucha por los derechos humanos, particularmente de los indígenas de México.

Lo mismo el presidente Felipe Calderón que la secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, así como dirigentes de partidos políticos, universidades y organizaciones civiles, encomiaron la labor de El Tatic.

Calderón Hinojosa y su esposa, Margarita Zavala, al ofrecer condolencias, calificaron al jerarca católico de pieza esencial en la pacificación de Chiapas, tras el conflicto que estalló en 1994, con el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Se trata, dijo la Presidencia en un comunicado, de una gran pérdida para México.

Posteriormente, en una reunión con la comunidad libanesa, el titular del Ejecutivo pidió a los presentes, entre ellos el empresario Carlos Slim, un minuto de silencio. “Admiraba a Samuel Ruiz –comentó Calderón– por haber sido un gran mexicano, comprometido con la gente más pobre del país, con los indígenas. Un hombre fiel a sus ideas, a sus creencias, a sus valores, hasta el último día. Le hará falta al país”.

En Guanajuato, donde estuvo ayer unas horas, Hillary Clinton fue notificada del fallecimiento. Su legado es ejemplo a seguir y honrar, subrayó la secretaria de Estado al mencionar que fue informada de la labor del sacerdote como mediador, que buscó la reconciliación y la justicia mediante el diálogo.

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, expresó su pesar por el deceso. Definió a Samuel Ruiz como hombre que hizo escuela, al trabajar en favor de las causas sociales sin renunciar a sus convicciones religiosas.

Entrevistado en Querétaro, dijo haber conocido al obispo en 1994, en Chiapas. Fue, apuntó, un personaje profundamente importante para las causas indígenas, de los pobres.

Los líderes de PRD, PT y PAN, por separado, realizaron actos de duelo. Legisladores federales, convocados a sus reuniones plenarias antes del inicio de sesiones en el Congreso, declararon su pesar por el fallecimiento.

Diputados de PRD y PT lo consideraron pionero en la lucha por los derechos humanos y resaltaron su labor como mediador entre el EZLN y el gobierno federal en el conflicto armado de 1994 en Chiapas.

El presidente de la Comisión de Asuntos Indígenas de la Cámara de Diputados, Manuel García Corpus (PRI), afirmó que permanecerá el ejemplo de Samuel Ruiz de promover la justicia, la paz y los derechos de los indígenas.

Samuel Ruiz, coincidieron varios declarantes, ganó amplia credibilidad y prestigio entre la sociedad. Por ello le fueron otorgados numerosos reconocimientos, como el premio Simón Bolívar de la Unesco y el Internacional de Derechos Humanos de Nüremberg, así como un doctorado honoris causa por la Universidad Iberoamericana, entre otros.

Para el PRD, Samuel Ruiz es y será siempre un referente indiscutible en favor de la cohesión social, distintivo del que lamentablemente la actual jerarquía católica adolece.

En Acapulco, diputados del PRI lo calificaron de fiel representante de la Iglesia católica congruente y comprometida con la defensa de los más pobres y desprotegidos en el país.

El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación lamentó el deceso y consideró que muchas de sus improntas representan un desafío pendiente en la sociedad mexicana, frente a la grave situación de exclusión y discriminación en que continúa la vida de las personas indígenas.

La Secretaría de Gobernación lamentó el sensible fallecimiento en un comunicado de prensa.