Candidato bajo sospecha
Gane quien gane en Guerrero, la izquierda perderá
igamos que por estrategia política, para el jefe de Gobiernos de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, la elección que sucederá el domingo que viene en el estado de Guerrero es de mayor importancia.
Muchos de los afanes de Ebrard se focalizan en el apoyo que le brinda al candidato de eso que se llama alianza, pero que no es más que un amasijo mal oliente de ideologías de todo tipo que lo que tiene por ofrecer a la tan castigada sociedad guerrerense es impedir que el PRI se apodere de la gubernatura de la entidad.
No hay otra oferta. El triunfo de Ángel Aguirre Rivero, candidato del amasijo, no difiere, no parece señalar ningún cambio. Se trata de ganar para seguir igual. Ni Aguirre ni Nueva Izquierda (chuchismo-camachismo), son capaces, por definición ideológica, de trazar una ruta de gobierno fuera de la estrategia de seguir entregando los dineros y los bienes de los habitantes del país a los intereses privados.
Pesa también en al ánimo de todos la complicidad del candidato, hasta no hace mucho priísta, con otra de las corrientes socialdemócratas del PRD, que encabeza la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García, que no sorprende demasiado por el cochupo económico, sino por la dócil entrega de una militante de la izquierda –la hija de la ex gobernadora– a la que obviamente no representa, por ningún lado, los intereses de la izquierda, como en su momento no los representó el gobernador actual Zeferino Torreblanca.
Y si a esas vamos, qué decir de Manuel Añorve, el candidato del PRI. En la etrega anterior dimos en este espacio los pormenores de la declaración de Edgar Valdés Villareal, alias La Barbie, en la que confesaba haber dado a Añorve 2 millones de dólares para apoyar
su campaña, la de Añorve, a la alcaldía de Acapulco.
La declaración fue más allá. La Barbie confesó también que la última vez que se reunió con el alcalde de Acapulco fue para reclamarle que hubiera hecho acuerdos con otro grupo
. Anque la declaración no lo hace explícito, se infiere que al señalar a otro grupo
, habla de otra organización criminal.
Eso sucedió hace tres años, cuando el hoy candidato del PRI al gobierno de Guerrero buscaba la presidencial municipal de Acapulco, que, como sabe y con esos apoyos, ganó y las consecuencias se han mostrado en las calles, en las tiendas comerciales y en otros puntos del puerto que hoy vive metido en el miedo.
Es importante señalar que la declaración del criminal (Edgar Valdés) se halla identificada con el registro: PGR/SIEDO/UEIDCS/109/2010, lo que indica que fue tomada por la autoridad en el año pasado. La Barbie fue aprehendido por las fuerzas federales a finales de agosto del año pasado, por que la declaración que henos presentado se realizó después de que el PRI decidiera –a principios de ese mes– lanzar la candidatura de Añorve.
Lo peor, como decíamos en la entrega anterior, es que a partir de esa declaración, las autoridades federales no hubieran hecho algún operativo tipo michoacanazo, o cuando menos que iniciaran una investigación a fondo sobre el quehacer del alcalde. O ¿Está en curso alguna indagatoria al respecto?
En fin, lo que queda claro es que gane quien gane la elección del próximo domingo, la izquierda perderá, como pretende el chuchismo-camachismo que pase en el estado de México. Ni modo.
De pasadita
Por fin se les hizo. Como si no tuvieran los suficientes problemas en algo más de la mitad del territorio nacional, ahora soldados y marinos, las fuerzas federales, se han puesto a hurgar en las calles del Distrito Federal en busca de las cabezas del crimen organizado, creando, desde luego, el terror en los habitantes de esta ciudad, y como si no tuvieran servicios de inteligencia que les permitieran saber con exactitud lo que andan buscando, se lanzan con tanquetas y armas mortíferas por las calles en operativos de terror. Ayer fue el tercer día de ese desfile de muerte por un par de colonias del DF, sin que se tuvieran resultados tangibles de su quehacer, o tal vez lo único que se proponen es eso, sembrar el miedo. ¡Qué barbaridad!