Saná, 27 de enero. Miles de personas salieron este jueves a las calles de Saná para exigir la dimisión del presidente yemení, Ali Abdullah Saleh, inspirados en las manifestaciones que derrocaron al presidente de Túnez y que esta semana se extendieron a Egipto.

Según Reuters, unas 16 mil personas, con flores en las manos, se concentraron en cuatro puntos de Saná, en la manifestación más grande desde una ola de protestas que afectó a Yemen la semana pasada.

Los yemeníes, además de un cambio político, exigen una mejora en las condiciones de vida. La gente quiere un cambio de presidente, se oía en la explanada de la Universidad de Saná, donde se efectuó la mayor concentración de personas, que prometieron escalar la movilización si no se cumplen sus demandas.

Basta de jugar, basta de corrupción, miren la brecha entre ricos y pobres, se leía en una de las pancartas que portaba otro grupo de manifestantes.

El oficialista Congreso Popular General (CPG) organizó una manifestación centrada igualmente en cuatro puntos de la ciudad para contrarrestar las concentraciones opositoras, pero sólo contó con una participación de unos cientos de personas.

En un intento por calmar el descontento, el presidente propuso la semana pasada cambios constitucionales para limitar los mandatos presidenciales a dos periodos de cinco o siete años, y días después prometió subir el sueldo de los funcionarios y del personal militar.

Ali Abdullah Saleh, de 68 años, dirige desde hace 33 años Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, y pretende transmitirle el poder a su hijo Ahmad, jefe de la Guardia Republicana, un cuerpo de élite del ejército. No obstante, el Parlamento discute un proyecto de enmienda constitucional que podría abrirle el camino a una presidencia vitalicia.