tto Rühle, ese comunista alemán para quien la revolución no es asunto de partidos, en su libro El alma del niño proletario escribió, hace casi un siglo, que la niña pobre es la criatura más desvalida bajo el sol. Lo sigue siendo.
Marguerite Duras, por su parte, reconoció que ser de izquierda es –al mismo tiempo– tener ganas de matar y de abolir la pena de muerte. Estos sentimientos complejos se activan contradictorios ante una de las peores infamias que ocurren entre humanos: la trata de personas, el abuso sexual y la prostitución de niños y niñas.
No ser partidario de la pena de muerte no basta para evitar los peores deseos –al menos cadena perpetua– para quienes hacen de niños y niñas una mercadería sexual. Por eso, hacemos un reconocimiento al procurador del DF, doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa, y su equipo de trabajo, por sus programas de protección de la infancia en la ciudad de México, que hoy podemos reconocer como acciones positivas reales.
La PGJDF ha instalado la Comisión Interinstitucional para prevenir y erradicar la trata de personas; ha creado el Protocolo de Actuación de diligencias ministeriales in situ, para rescatar, proteger y dar atención a víctimas o posibles víctimas de trata de personas. También se ha creado una línea de atención telefónica y un link (en la página web de la institución), que sirven para que la ciudadanía se comunique con la procuraduría y, en su caso, haga denuncias anónimas.
A la fecha, más de medio centenar de menores han sido rescatas de la trata con fines sexuales, hay 24 averiguaciones previas iniciadas, 108 personas consignadas y 100 arraigadas. En la Subprocuraduría de Atención a Víctimas se han instalado servicios integrales para la reparación sicológica y rehabilitación social de las víctimas.
La PGJDF cuenta con un Centro de Estancia Transitoria, donde niñas y niños reciben atención inmediata antes de reintegrarse a su familia o de ser canalizados a instituciones idóneas. Personal de la procuraduría ha participado en los talleres del Unicef para actualizarse sobre los derechos de los niños y saber cómo deben éstos entenderse y respetarse en situaciones como pruebas testimoniales o de interrogatorios.
La PJGDF está realizando estas acciones de prevención del delito y procuración de justicia basándose en los modernos conceptos humanistas que significan la protección de la infancia, además de elaborar normatividad de vanguardia, acorde con la Convención Internacional de los Derechos de los Niños. Por todo esto, decimos de todo corazón: ¡Felicidades! –señor procurador–, y que nada detenga estas magníficas acciones.
