Los daños ambientales por la construcción de la supervía poniente pudieron haber sido bastantes mayores, pero se evitaron, aseguró la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); asimismo, consideró que la afectación se resentirá en poco menos de la mitad del terreno que ocupará toda la obra.

Según Francisco García García, director general de Gestión Forestal de esa dependencia, el verdadero impacto ambiental corresponde a poco más de dos kilómetros sobre el nivel de la superficie, de un total de 5.2 kilómetros de que consta el proyecto.

Mencionó que en 730 metros se construirán cuatro puentes, mientras en otros 2.4 kilómetros estarán cinco túneles.

“Al final, solamente la mitad de ese trayecto, o poco menos –48 por ciento–, sí tiene un impacto, el cual hemos tratado de paliar y revertir en su periodo mínimo, precisamente con todas las medidas de mitigación, conservación y restauración”, explicó el funcionario.

García García –el área que encabeza elaboró el resolutivo para el cambio de uso de suelo del estudio técnico justificativo presentado por la empresa– expuso que en la construcción de la vialidad la Controladora Vía Rápida Poetas deberá atender 17 medidas de mitigación y de compensación ambiental, cada una con sus periodos y estipulaciones de cómo deben cumplirse y en qué términos.

Entre ellas, dijo, está que se garantice que uno por ciento del monto económico recaudado por el pago de peaje de la supervía se destine a acciones exclusivas de restauración, en particular de las barrancas de Puerta Grande, Tarango y Las Lomas; la otra es que una parte de los 50 millones de pesos del fondo ambiental del Distrito Federal se destine al beneficio ambiental y forestal de esas barrancas.

En torno a la supervía poniente, la Asociación de Colonos de Santa Fe envió una carta a los 66 diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal en la que les piden su participación y respaldo al proyecto, para que no se frene.

En su escrito, los vecinos aseguran: no estamos dispuestos a permitir que un grupo minoritario de personas que se sienten afectadas en sus intereses personales, que se erigen como representantes sociales, impidan el desarrollo de esta obra y violen el derecho de la mayoría de los habitantes a mejorar su calidad de vida.

El documento –firmado por Óscar Moreno Ramos, integrante de la mesa directiva de la mencionada asociación y coordi- nador interno del comité veci- nal corredor Santa Fe– les enfatiza a los legisladores: queremos sentirnos representados.

Por eso piden a los representantes populares “su participación y respaldo a la construcción de la supervía poniente”, pues consideran que cancelar la construcción de la obra sería suprimir la opción de un transporte público eficiente y de calidad para más de 94 mil personas que diariamente usan el transporte público para trasladarse a esta zona de la ciudad para trabajar, estudiar o ir de visita”.

Finalmente, manifiestan la necesidad de que los legisladores locales estudien el proyecto en forma responsable, con la finalidad de garantizar que en materia de movilidad y transporte se actúe en beneficio de la ciudad.