Ayer al mediodía, militares y agentes ministeriales encontraron seis cuerpos calcinados y apilados en la brecha El Palomo, casi un kilómetro al oriente de la carretera Monterrey-Colombia, entre el Libramiento Noroeste y el Anillo Periférico, en los límites de los municipios de Escobedo y Salinas Victoria, Nuevo León.

Los elementos policiacos participantes en la pesquisa consideraron que las víctimas fueron quemadas vivas en el sitio durante la madrugada, porque sus cuerpos maniatados –que quedaron irreconocibles– tenían los dedos de manos y pies contraídos y no había casquillos percutidos a su alrededor.

En Monterrey los militares ultimaron a un hombre que les disparó al descender del vehículo en que se impactó, en la esquina de Manuel L. Barragán y Almazán, tras una persecución ocurrida cerca de las 5:30 horas. Además, a la presidencia municipal de Cadereyta Jiménez fue arrojada una granada que no estalló, y en panteones locales aparecieron los cadáveres de dos desconocidos.

Ayer domingo también se informó que tras los asesinatos de 20 policías perpetrados este mes, los agentes de tránsito del conurbado municipio de San Nicolás no podrán estar en la calle después de las 19 horas, excepto por problemas viales importantes o llamadas de auxilio, siempre y cuando porten chalecos antibalas, por disposición del alcalde panista Carlos de la Fuente Flores.

En conferencia de prensa en la capital neoleonesa, representantes de más de 20 asociaciones cívicas manifestaron indignación, preocupación y tristeza por el secuestro y asesinato de Arturo de la Garza, hijo del ex gobernador de la entidad. Era miembro de la élite política y económica del estado y fue objeto de un hecho terrible, señaló María Cruz Flores, del Colectivo Plural de Mujeres, respecto del ganadero, por quien se ofició una misa de cuerpo presente.

Además de las nueve ejecuciones perpetradas ayer en Nuevo León, en varias entidades se cometieron otros 17 asesinatos, que fueron atribuidos al crimen organizado, de los cuales ocho se reportaron en Ciudad Juárez, Chihuahua, entre ellos el del policía municipal Ernesto Herrera Ortega, de 31 años, baleado afuera de su casa en la colonia Mariano Escobedo, luego de lo cual tres sospechosos fueron detenidos.

Entre el resto de las ejecuciones, dos ocurrieron en Culiacán, Sinaloa, y dos más en un domicilio de la Supermanzana 76 de Cancún, Quintana Roo. En Mexicali, Baja California, se localizó el cadáver encobijado de una mujer de 17 años, y en Gómez Palacio, Durango, se halló el cuerpo decapitado de Édgar Galvan del Río, de 19 años, cuya familia lo vio con vida por última vez el sábado a las 18 horas.

En Guerrero –donde ayer hubo elección de gobernador–, al menos cuatro personas perdieron la vida en distintos hechos de violencia. Una de ellas, Jorge Martínez Clavel, fue abatida por los policías municipales a quienes disparó el sábado en el municipio de Ometepec.

También el sábado, en Coahuila, elementos del Ejército detuvieron a dos personas en posesión de 1.5 toneladas de mariguana, 13 armas largas, dos cortas, 732 cartuchos y tres vehículos. Ayer en Tepic, Nayarit, 20 mil personas marcharon en silencio y vestidas de blanco por la avenida México, para exigir a las autoridades el retorno de la paz a la entidad.