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Productores y consumidores
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Periódico La Jornada
Martes 1º de febrero de 2011, p. 27

Los precios altos son buenos para los agricultores; los precios bajos son buenos para los consumidores. Luego de malas cosechas en Rusia, Canadá y Ucrania, una reciente ola de calor en Argentina e inundaciones en Australia que borraron gran parte de la cosecha de trigo del país, todo el mundo forcejea con alimentos caros.

Según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los precios de alimentos sobrepasaron el mes pasado el punto más alto anterior, de 2008. La situación no es color de rosa, pero no hay razón para las compras de pánico, señala Abdolreza Abbassian, de la FAO.

Los agricultores rusos, canadienses y ucranianos tuvieron un año difícil en 2010, pero otros productores se regocijan. Los precios altos les pusieron dinero en los bolsillos y les dieron un incentivo para diversificar cultivos. Mientras decaía la producción de cebada en Rusia, la de sorgo en Sierra Leona y Ghana tuvo un auge. Cerveceras internacionales como Heineken han comenzado a experimentar con la cerveza de sorgo, mezcla barata que ha alcanzado extraña popularidad en África y China.

Los altos precios engordarán a las grandes comercializadoras de alimentos. Cargill, principal negociante mundial de materias primas, triplicó sus ganancias en el segundo trimestre de su año fiscal.

Para los procesadores de alimentos, el costo de las materias primas es un problema. Firmas como Kellogg’s y Kraft han elevado los precios. En cambio, la suiza Nestlé dice no estar preocupada. Nos da gusto el alza de precios porque son un incentivo a los agricultores para que produzcan lo que necesitamos, señala un vocero.

Los compradores de abarrotes reaccionarán comprando más artículos con descuento y más productos de marca propia, que son de 30 a 50% más baratos que los de marcas comerciales. También comprarán pollo en vez de res y harán otros sacrificios y ahorros.

Las marcas propias venderán más, pero, como las materias primas son una proporción mayor de sus costos totales (no se anuncian tanto como las comerciales), enfrentarán problemas. La mayoría perderá más de lo que gane por la inflación de los precios de los básicos. Si continúa, tendrán que elevar sus precios. Sin embargo, los analistas tienen optimismo de que pronto se desahogarán los cuellos de botella de la oferta. El año próximo los precios bajarán, afirma. Los agricultores tienen muchos incentivos para sembrar más.

Fuente: EIU