stado de excepción o estado de sitio. Que estamos ganando la guerra que dicen nunca dijeron fuera guerra. Pero en el caos del desdén por la memoria histórica, la derecha alternante y sus cortesanos conmemoran en Palacio Nacional, no en Querétaro, la Constitución de 1917. Y debaten los intelectuales inorgánicos la urgencia de redactar y aprobar una nueva Constitución de la República.

De cómo acabar con el crimen organizado y ponerse a salvo de la violencia que ha cobrado más de 30 mil vidas, incluidas las de tantos niños que la ONU ha manifestado su preocupación por lo que sucede en México. De cómo redactar la norma híbrida que restablezca el Supremo Poder Conservador y devuelva a la izquierda aliancista el sueño interrumpido bruscamente con la caída del comunismo histórico. A ciegas, como dice el diario francés Le Figaro que juega al ajedrez el gobierno de Obama en El Cairo, donde los jóvenes han tomado la calle y la historia en demanda de libertad y dignidad. Aquí nos encerramos en Palacio Nacional. Aquí, Jorge Carpizo, autor del término poderes metaconstitucionales, alza la voz ante presidentes de congresos locales de 27 estados y dice: Se le atribuyen a la Constitución mexicana muchos problemas que no son de ella, son de la realidad; díganme dónde la Carta Magna acepta la corrupción, la irresponsabilidad de los servidores públicos.

Algo habrá que rescatar de lo dicho este 5 de febrero, mientras resuelven cómo salir del laberinto de reformas estructurales, de la marcha de sonámbulos al compás de los cangrejos de Guillermo Prieto; y el dilema de los partidos de la izquierda decidida a unirse con la derecha en el poder, para demostrar que no es invencible el PRI; el que en 1997 perdió la mayoría absoluta en San Lázaro; el derrotado por el increíble Vicente Fox en 2000; el del tercer lugar cuando Felipe Calderón asumió la Presidencia a tropezones el 2006.

Manlio Fabio Beltrones, al borde de la enésima ruptura potencial de su partido, llamó a cumplir con el Estado laico, con el Estado social, con el Estado democrático: Aceptar que las atribuciones públicas no son de ejercicio potestativo; que las facultades constitucionales de las diferentes autoridades no forman parte de la esfera de los derechos personales de los funcionarios; a abandonar la visión patrimonialista del poder que confunde al público con lo privado. El bimbalete del IVA a medicinas y alimentos provocó rechazo inmediato de los diputados del PRI en voz de Francisco Rojas. Y que Ernesto Cordero, el secretario de Hacienda, dijera que es bastante sexy el argumento... pero teórico. Lo del Estado laico, social y democrático conciliará al PRI. Pero no habrá reforma fiscal que lo impulse y lo haga instrumento eficaz al servicio de los millones de mexicanos pobres.

La clase política del tercer milenio y la transición en presente continuo conjugan el verbo madrugar y se entregan a las delicias de calambures carperos y discursos intercambiables, ante los que son de un realismo apabullante los debates bizantinos. ¿Quién ganó en Guerrero?, preguntan. Y recitan listas interminables de perdedores. Jesús Ortega no oyó los truenos, no vio la tempestad, no se enteró de los desencuentros en el PRI: Perdió Enrique Peña Nieto, proclama con ingenuidad que se aproxima, se asemeja al cinismo. Manuel Camacho no podía ocultar el orgullo de patriarca al ver los abrazos eufóricos de Marcelo Ebrard y Ángel Heladio Aguirre. Éste ganó. Y nadie lo dijo mejor que El País, en la primera plana del diario español del martes 1º de febrero de 2011: El PRD logra conservar Guerrero gracias a un ex gobernador del PRI.

Conservar, dice, con toda propiedad. Y a renglón seguido apunta que para derrotar el priísmo, nada mejor que presentar a un ex priísta. Y que el senador con licencia Ángel Heladio Aguirre se ha impuesto por nada menos que 14 puntos. Y el PRD continuará en el gobierno. Realidad que solamente Zeferino Torreblanca pareciera reconocer y de la cual podría presumir, si no fuera porque los aliancistas, obsesionados con las encuestas y augurios favorables a Peña Nieto, recitan versos épicos por las fantasmales victorias sobre los cacicazgos del PRI. Manuel Añorve volverá a la presidencia municipal de Acapulco, mientras su primo anuncia que un perredista será procurador de Justicia, con lo que rinde involuntario homenaje a Ernesto Zedillo y Diego Fernández de Ceballos.

Donde las dan las toman. Mario López Valdés ganó en Sinaloa y en cuanto anunció los nombres de sus colaboradores recibió una andanada de ataques y protestas de sus aliados, los de la fórmula para evitar las anunciadas victorias del PRI. Todavía hay mucha tela de donde cortar, les dijo Malova, con desparpajo y el estilo llano que lo hizo popular en Xicoténcatl en todos los escaños de la pluralidad, antes de pedir licencia al cargo de senador... priísta. Y Gabino Cué ha tenido que remover a secretarios recién nombrados, porque no tenían el título profesional que exige el decreto dictado por él mismo; y, peor todavía, auténtico creyente en la democracia electoral y después de hacer campaña en todos los municipios oaxaqueños, topa con las rebeliones y protestas de la inconformidad tradicional donde designan autoridades por el sistema de usos y costumbres.

Otros vuelven al tronco común. Aunque sea en injertos como el del Panal en el que reina la maestra Elba Ester Gordillo, priísta salvo prueba en contrario. En Baja California Sur hay elecciones hoy domingo. En La Paz, capital de la entidad, y en Los Cabos, se concentra la inmensa mayoría de la población. Y del dinero. Gobierna, como en Guerrero, uno del PRD, partido que llegó a presidir Leonel Cota Montaño, ex gobernador y ex priísta, quien es ahora candidato del Panal a la alcaldía de Los Cabos; apóstata remiso, ha hecho un llamado a votar por Ricardo Barroso Agramont... candidato del PRI y del Verde a gobernador. Los panistas denuncian conjuras contra su candidato, Marcos Covarrubias Villaseñor, también ex del PRI, como lo es el del PRD-PT, Luis Armando Díaz. Va a ganar el PRI. Y los del rosario de Amozoc preguntarán solemnemente: ¿Quién ganó en Baja California Sur?

Este es el año de la hora once. En julio hay elecciones en el estado de México y ya decidieron que ahí no se va a elegir al sucesor de Peña Nieto sino al de Calderón Hinojosa. En San Lázaro hubo escándalo porque ahí confunden parlamentar con manifestar: protestan con pancartas. Ejercen la libertad de expresión con faltas de ortografía. Tres diputados del PT cargaron y mostraron al pleno y a las cámaras de la televisión una pancarta con la efigie de Felipe Calderón y un texto en el que preguntan: ¿Tú dejarías a un borracho conducir tu auto?, ¿No, verdad? ¿Entonces por qué lo dejas conducir el país? La bancada panista abandonó el salón y expresaron en todos los tonos su indignación por el agravio... a las instituciones.

En el mundo del revés, Fernández Noroña aspira a gobernar la ciudad de México y Andrés Manuel López Obrador expresa su desacuerdo con esa forma de protestar... en la que dijeron que Calderón... para decirlo con toda claridad, es un borracho. Eso no debemos hacerlo... porque eso tiene que ver con la cuestión íntima, con la cuestión personal. Tenemos que ser respetuosos.

Ya ni como los perros de rancho; ya ni el que va adelante sabe a quién le va ladrando y por qué.