Ante el descontento de profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) por las modificaciones a la más reciente convocatoria del Programa de Primas al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo (Pride), las autoridades de la institución dieron a conocer una adenda, en la que se enmiendan algunos puntos que causaron la controversia.

El documento, publicado ayer en la Gaceta de la UNAM, recupera la relevancia de los consejos técnicos para ratificar o rectificar la promoción de los académicos para obtener estímulos. En la convocatoria del pasado 13 de diciembre se eliminaba la palabra rectificar.

Los añadidos –que incluyen cinco puntos transitorios– abren la posibilidad de considerar la docencia más que impartición de clases, pues se considerarán asesorías y tutorías, así como la dirección de tesis, como se asienta en el artículo 61 del Estatuto del Persona Académico (referente a las labores de docencia). En diciembre un requisito para obtener altos niveles del Pride era presentar una constancia de clases frente a grupo.

Luego de la movilización de personal académico que advirtió que la convocatoria del Pride representaba un intento por disminuir los estímulos que son parte del salario, pues representan entre el 45 y 115 por ciento más de sus percepciones, el secretario y abogado generales de la institución, Sergio Alcocer Martínez de Castro y Luis Raúl González Pérez, prepararon –durante el fin de semana– la adenda publicada ayer, como lo informó La Jornada la semana pasada.

En ésta se modificó el punto cuatro del anuncio de diciem- bre que señalaba que los académicos que descendieran de nivel o no obtuvieran alguno serían separados del programa y deberían esperar al menos un año antes de presentar una nueva solicitud.

El primer punto transitorio de los añadidos señala que cuando un profesor o investigador pierda su nivel recibirá el estímulo que tenía como cantidad fija y no como porcentaje del salario tabular hasta la fecha que vuelva a ser evaluado. El nuevo documento da la opción a cada académico de optar porque se les evalúe cada tres o cinco años.

Se destaca que uno de los objetivos irrenunciables de la administración de José Narro es apoyar y fortalecer el quehacer académico, así como promover y estimular la superación del personal académico, propiciando actitudes favorables para ello.