Economía
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La economía, blindada con 200 mil mdd ante tal eventualidad, presume Carstens

No descarta el BdeM una salida masiva de capitales foráneos

La banca bien capitalizada y finanzas públicas sanas permitirán enfrentar choques externos, opina

La inseguridad estaría limitando la inversión en el país, advierte el funcionario

 
Periódico La Jornada
Jueves 10 de febrero de 2011, p. 25

Debido a los fenómenos de volatilidad en los mercados financieros internacionales durante los últimos dos años, no hay duda de que sí podría suceder una reversión del masivo ingreso de divisas a los mercados financieros del país, por lo cual se blindó con cerca de 200 mil millones de dólares la economía mexicana, afirmó Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.

Hemos hecho la tarea para que por causas internas no se genere esta circunstancia de salida masiva de capitales, sostuvo el funcionario. Indicó además que la política de acumulación de reservas internacionales permitió un incremento de 22 mil 800 millones de dólares en 2010, que dejó el saldo en 113 mil 800 millones de dólares; además, se contrató una línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional por cerca de 73 mil millones de dólares, recursos que son para enfrentar posibles choques provenientes del exterior, apuntó.

Además de las reservas en ascenso, se cuenta con una banca bien capitalizada y finanzas públicas sanas, abundó Carstens, para destacar que México está en circunstancia de fortaleza para enfrentar turbulencias financieras en el ámbito internacional.

El ingreso de divisas a los mercados de acciones y bonos gubernamentales en el país ha impulsado la apreciación del peso, pero la moneda nacional todavía mantiene un margen de depreciación respecto al tipo de cambio de 2008, dijo Carstens al presentar el informe del banco central sobre inflación en el último cuarto de 2010.

México es el país que ha mantenido por mayor tiempo la depreciación de su tipo de cambio. Esa depreciación no se reflejó totalmente en la inflación y dio gran impulso a las exportaciones; pero mantener una moneda depreciada es mantener salarios bajos y eso no le conviene al país, a la par de que el tipo de cambio no se puede manejar a placer, porque cuesta bastante dinero, explicó.

Al referirse al uso del tipo de cambio como medio para impulsar la competitividad de las mercancías de un país en el exterior por los bajos precios, como plantearon algunos empresarios del sector manufacturero, sostuvo que la competitividad a mediano y largo plazos se puede sostener sólo con inversión pública y privada eficiente.

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El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ayer, en la presentación del informe sobre inflaciónFoto Yazmín Ortega Cortés

El gobernador del banco central presentó un complejo escenario externo, caracterizado por la vulnerabilidad fiscal en países de la zona euro, y un sistema financiero todavía dependiente de las medidas de apoyo en las principales economía avanzadas, el cual presenta mayores riesgos que posibilidades para el desenvolvimiento de la economía mexicana durante 2011 y 2012. Por ello consideró que es previsible un panorama complicado para el crecimiento de la economía mundial en los próximos años.

Agustín Carstens, quien respaldado en la encuesta a analistas del sector privado advirtió que la inseguridad es un factor que podría estar limitando el ritmo de inversión en nuestros país, calculó en 5.4 por ciento la tasa de crecimiento económico alcanzada en 2010, y estimó una expansión de entre 3.8 y 4.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) durante 2011, con una generación de 600 mil a 700 mil empleos en el sector formal, y una inflación general de la economía de entre 3 y 4 por ciento.

Para alcanzar el objetivo de una inflación de 3 por ciento enumeró cuatro factores principales: el desvanecimiento del impacto asociado al alza de impuestos y tarifas públicas de principios de 2010; menor crecimiento de los precios de vivienda y turismo; la ausencia de presiones sobre los costos laborales en las empresas, y el comportamiento del tipo de cambio, con mayor apreciación del peso.

Puntualizó cuatro riesgos: aumentos mayores a los previstos en los precios internacionales de los granos y materias primas; elevación de las tarifas de bienes y servicios determinadas por los gobiernos locales; mayor vulnerabilidad ante perturbaciones de costos de las empresas y volatilidad cambiaria debido a una reversión en los flujos de capital .