or lecciones aludo al conjunto de exposiciones que con el título Espectrografías: memorias e historia se encuentran vigentes en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). Excepto en dos de las instalaciones que requirieron concreción como trabajos artísticos, el visitante no debe esperar algo similar a muestras como la de Cildo Meireles o la de arte povera.
Esta vez la reunión de productores persigue más bien la documentación de hechos, circunstancias y manifestaciones alusivas a colectividades.
El ámbito de ingreso abre con una instalación que sí cae dentro de objetividad artística. La autora es Tania Candiani y la obra, desenvuelta en horizontal, consiste en un sistema neumático que infla o desinfla globos blancos. Podría titularse insuflar y expeler, pues tiene que ver, en cuanto a sonido y visibilidad, con esa acción, o bien con pulsaciones que acusan disonancias o arritmias. Es, desde mi punto de vista, una pieza vinculada a lo biológico.
Según reza la cédula, su sentido está vinculado con las relaciones que existen entre poder, saber y educación, de modo que el que los globos se inflen o se desinflen alude a que las palabras aisladas corresponden a distintos escenarios cívicos, porque la máquina puede decir una cosa u otra
. Si el espectador no lee la cédula, no se le ocurre pensar en tal significado.
En la pared opuesta hay una serie de definiciones, sencillas y claras, sobre lo que es el arte conceptual, a ésta le sigue el pop, termina con el minimalismo y luego se ilustra el efecto que estas corrientes tienen. Hay una estantería repleta de hojas monográficas, bien impresas, que dan cuenta de cada una de las corrientes, que en conjunto aluden a fantasmas de la libertad
, aunque no existe alusión a la película de Buñuel de similar título.
El autor de este proyecto es Vicente Razo y el visitante puede tomar una hoja monográfica de cada apartado. Eso no sucede con frecuencia, pese a que las hojas monográficas están ilustradas con versiones o glosas de artistas reconocidos, efectuadas por quienes las tomaron como eje. Las hojas son gratis y la estantería estaba repleta, pero existe la advertencia de que es necesario obtener un sello del museo para hacerse de ellas y me temo que eso impide su consumo. En un pequeño recuadro gris, que pareciera ser una obra aislada, se agradece a Miguel Alemán Velasco su generosa cooperación en la consecución del proyecto. Los tiempos cambian, sin duda.
Yo recordé la intervención
y luego la demolición de la enorme estatua de su progenitor en atuendo de rector. Hay que aclarar que, en efecto, los inicios de la construcción de Ciudad Universitaria se debió a idea y gestión del entonces presidente Miguel Alemán Valdés.
Claudia Herrera Prats, en el mismo recinto, trabajó el examen de los cambios que han operado en los libros de texto gratuitos. Pueden verse allí ilustraciones de catálogos de arte
(así enunciado, entre comillas) prehispánico. Se propone así, según se afirma, una interpretación entre las exposiciones de arte
prehispánico y la formación del gusto de la clase media-alta.
El recorrido sigue con Capitalismo amarillo. Esta sección quizá es la más ingeniosa de todas en cuanto a investigación y recolección de testimonios. El libro de los pasajeros contiene reseñas efectuadas por César y Christian Becerril y Jesús Galindo, vagoneros de la línea 2 del Metro citadino. Se exhiben una serie de libros, entre cuyos autores están Carlos Fuentes, Julio Scherer, Carmen Aristegui, Elena Poniatowska, Guadalupe Loaeza y Luis González de Alba.
Como no es posible leer todas las reseñas exhibidas, uno puede obtener la impresión de las mismas en un gran pliego doblado que contiene el diagrama de Jota Izquierdo. Este señala la diferencia entre el capitalismo clásico y el amarillo. Buen diagrama, pero se antoja que este tipo de testimonios tendrían mejor efecto en una gran biblioteca, como la que está en función en lo que fue la Estación de Buenavista.