Opinión
Ver día anteriorMartes 15 de febrero de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Travesía con fuga de Bamba
S

alvador Ojeda:

Proveedor de las profundas alegrías, ahíto de caminar en el filo impetuoso de la vida, eras todo sentimiento, más hilo sutil que cascada: pero sin duda eras esencia de musicalidad y ternura. El canto, el gesto, el reto, la actitud misma, impregnaban tus instrumentos y los llenaban de tensión y espera. La voz se te fundía con los cueros y las cuerdas, privilegio de quienes se saben cerca de las fuentes naturales de ese torbellino primigenio de donde proceden los sonidos del silencio y de la música, de quienes con sólo alzar la mano acceden al fruto del árbol del paraíso, tan inaccesible para otros.

Trovador de larga vida y emociones, tejedor de alegrías y nostalgias, terminaste por ser construido de la mirada amorosa de quienes te acompañaban en tu larga travesía. Y en ese río inmenso, el cielo descendía entre el rumor de las riberas mientras eras ese Salvador transfigurado bebiéndose el mundo a borbotones, bautista del río San Juan, el que le ponía nombre definitivo a los celebrantes. Te recuerdo en Santa Rita, allende el río, arrojándonos al cauce para que todos tuviéramos un nombre verdadero bendecido por las aguas.

Foto
El Negro Ojeda en un homenaje en su honor en 2005Foto Carlos Cisneros

Ahora, cuando emprendes este viaje, ruego que tu camino sea largo, y el lugar de tu descanso sea escogido con cuidado. Te hemos puesto cerca de nosotros para que nos impregnes de futuro. Te vamos a embarcar, te vamos a largar a sotavento. Te pondremos en un barco de papel que desde el río de las mariposas te lleve hasta el mar, hasta el azul brillante del mar matutino. Te seguiremos por las dunas del Conejo y Chocotán hasta que te disperses en el mar profundo y desde allí veremos cómo te totalizas en el horizonte de las aguas y los rayos soberanos, mientras miles de aires, sones y tonadas retornen a tierra fertilizados por tu larga travesía. Te estaremos esperando hasta cuando regreses convertido en el soplo que inspira el verso de los pregoneros.