Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano recibió anoche el Premio Notre Dame 2010 a la excelencia en el servicio público en América Latina por su contribución a la construcción de un régimen democrático en México, entregado por del Instituto Kellog de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame, con apoyo de la fundación Coca-Cola.

El ex jefe de Gobierno capitalino pronunció un discurso en el que destacó que tras tres décadas de imposición del neoliberalismo, hemos vivido un periodo de retrocesos en el país con el incremento desmedido de la desigualdad y la pobreza, el estancamiento de la economía y las violaciones a los derechos humanos, potenciadas en años recientes por el desbordamiento incontrolado de la violencia y la delincuencia que azotan prácticamente a todo el territorio.

En diversas entrevistas, habló además de la situación que priva en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), tras la negativa de su hijo Lázaro a dirigirlo.

Espero que los choques anunciados no tengan efecto, vamos a ver qué dice el futuro... Lázaro podía diferir, retrasar alguna confrontación, pero las confrontaciones están prefiguradas y seguramente se van a dar. Ojalá no se den.

Consideró que hay muchos perredistas, unos 10 mil, con capacidad para dirigir el partido, pero, agregó, no doy nombres.

Reiteró su rechazo a las alianzas entre el PRD y Acción Nacional. No tienen nada que hacer juntos en este momento de la vida de México, subrayó.

Durante la ceremonia de premiación –realizada en el Colegio de San Ildefonso y a la cual acudió el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Narro–, Soledad Loaeza, maestra de ciencias políticas del Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México y profesora visitante del Instituto Kellog, señaló que la firmeza de los ideales, la rectitud de miras, la honestidad, la generosidad, la cortesía y la prudencia del ex jefe de Gobierno han dejado una profunda huella en la conciencia de millones de mexicanos.

En su discurso, Cárdenas Solórzano resaltó que en México lejos estamos todavía del acceso a las oportunidades de progreso y bienestar que garanticen una vida con dignidad y desahogo para todos, y por ejercer sin limitaciones y ampliar sus derechos reconocidos en el país.

Frente a Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón –invitada a la ceremonia por el sacerdote Alejandro Solalinde, con cuya fundación, Hermanos en el Camino, compartió el premio recibido en la parte económica (30 mil dólares)–, manifestó que al deterioro social y al estancamiento de la economía se suman un grave y hasta ahora incontrolable desbordamiento de la violencia y la delincuencia, que afecta la vida cotidiana de todo mundo.

Consideró que la delincuencia no se puede seguir enfrentando sólo mediante las armas y la militarización del país.

Se requieren mejores servicios de inteligencia y una más eficaz investigación, aseveró.

En cuanto al modelo neoliberal, manifestó que debe ser sustituido por un proyecto de crecimiento con equidad, que es posible instrumentar de existir voluntad política.

Con el neoliberalismo, aseguró, se ha acentuado la dependencia económica del exterior, se han incrementado desmedidamente la desigualdad social y la pobreza; se han desmantelado importantes estructuras productivas en el campo y la industria, así como instituciones de fomento al desarrollo.

La economía muestra gran insuficiencia en su capacidad para crear empleos, enfatizó.

Añadió que millones de mexicanos emigran por la falta de puestos de trabajo, y enfrentan numerosos riesgos, al igual que los centroamericanos que cruzan territorio nacional para tratar de llegar a Estados Unidos.

Entre esos peligros señaló la pérdida de vidas, las mutilaciones, la extorsión por autoridades migratorias o policías corruptos, los asaltos y secuestros por bandas de delincuentes y, en el menos grave de los casos, padecen hambre y privaciones.