Sábado 19 de febrero de 2011, p. 5
Teherán, 18 de febrero. Decenas de miles de personas pidieron hoy la ejecución de las dos principales figuras de la oposición reformista, el ex primer ministro, Mir-Hossein Musavi, y el ex presidente del Parlamento, Medhi Karubi, en represalia por su presunta responsabilidad en la organización de manifestaciones contrarias al régimen islámico formado en febrero de 1979.
¡Musavi y Karubi deben ser colgados!
, ¡Muerte a Musavi, muerte a Karubi!
, gritó una multitud que acudió la plaza Engelab, en el centro de Teherán, sumándose a la petición hecha esta semana por unos 200 diputados y varios grupos religiosos que reclamaron la detención y el ajusticiamiento de Musavi y Karubi, así como de los ex presidentes Mohammed Jatami y Akbar Hashemi Rafsajani, a quienes responsabilizan de la agitación política.
Musavi fue puesto bajo arresto domiciliario desde hace meses, después de las protestas masivas posteriores a la elección presidencial de junio de 2009, a la cual se presentó como candidato para suceder a Mahmud Ajmadineyad, relecto por un segundo periodo de cinco años. De 1981 a 1989, Musavi fue primer ministro bajo la presidencia del Ali Jamenei, quien es desde hace 22 años el líder supremo de la república islámica.
Antes de que los manifestantes demandaran en la plaza Engelab la ejecución de los políticos opositores, cientos de personas se reunieron para la tradicional oración de los viernes en la Universidad de Teherán, donde comenzaron a escucharse los coros que pidieron la horca para Musavi y Karubi y que más tarde ratificó la multitud.
El jueves, el jefe de la autoridad judicial iraní, el ayatola Sadegh Amoli Larijani, acusó de traición
a los opositores por hacer el juego político a los sionistas
, con el apoyo de Estados Unidos y Gran Bretaña, pero rechazó la petición de diputados y grupos religiosos de castigar a Musavi y Karubi con la pena de muerte.
El ayatola conservador Ahmad Jatani, quien dirige el Consejo de los Guardianes de la Constitución –uno de los órganos de dirección del Estado–, se refirió al asunto en su oración, pero sin respaldar la ejecución.
Algunos dicen que deben ser colgados. Pero ya están colgados, ya no tienen ninguna reputación
, dijo. Lo que se debe hacer y se está haciendo es cortar todo contacto con la población. Hay que limitar sus idas y venidas, y que se les impida dar y recibir mensajes. Hay que cortar su teléfono, su Internet. Que sean encarcelados en su propia casa
.