Aun con las enmiendas realizadas por las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a la reciente convocatoria del Programa de Primas al Desempeño del Personal Académico de Tiempo Completo (Pride), ésta sigue generando controversia entre la comunidad universitaria.

Técnicos académicos de varias escuelas, facultades e institutos de la institución señalaron que el quinto punto de la adenda a la convocatoria –publicada el 8 de febrero pasado en Gaceta UNAM– ratifica la situación de inequidad y hasta de franca discriminación hacia los técnicos académicos, al prever la participación activa de los directores de entidades y dependencias en su evaluación.

Este viernes, unos 80 técnicos académicos se reunieron en el auditorio del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, donde discutieron algunos de los puntos inequitativos de los añadidos al llamamiento para el Pride 2011.

Durante el encuentro, se redactó un documento –que ya tiene decenas de firmas– dirigido al rector de la UNAM, José Narro Robles, y a otros funcionarios universitarios, donde demandan la supresión del punto cinco transitorio.

Los inconformes recordaron que los técnicos académicos representan 40 por ciento del personal académico de tiempo completo de la UNAM, por lo que resulta lamentable que sean discriminados.

Desde 1996 la UNAM creó este programa de estímulos con el fin de apoyar a su personal académico. Ahora éstos son vistos como parte del salario, ya que representan entre 45 y 115 por ciento más de sus ingresos.

El punto de la adenda que generó controversia asienta que para la evaluación de los técnicos académicos, el director de la entidad o dependencia recabará la información relevante de su desempeño, debiendo considerar la que le aporte el jefe inmediato o responsable del grupo o área de adscripción del técnico.

Los asistentes a la reunión resaltaron que esta representa una gran diferencia con relación a las evaluaciones para profesores e investigadores, además de que si el empleado técnico que ingrese su solicitud para el Pride no se lleva bien con el director de la entidad en la que labora, puede quedar estancado.

Como cualquier otra figura académica, (los técnicos académicos) rinden informes anuales que pasan por las mismas instancias que evalúan a profesores e investigadores y se sujetan a las mismas reglas para el ingreso y promoción. Además, su participación en el desarrollo de las funciones sustantivas de la Universidad es cada vez más trascendente y reconocida, hasta el punto que hoy se plantea ya la inclusión de su representación directa en el Consejo Universitario, de manera que no existe razón alguna para que en la convocatoria del Pride se mantenga este trato desigual, expusieron en la carta.