De Tlalpan, Tláhuac y Neza, los mejores
Abren al público exhibición de 66 cometas
Domingo 20 de febrero de 2011, p. 6
Ollin Papalótl, Centella y Diosa de la Tierra en el Cielo fueron los tres cometas ganadores del cuarto concurso Papalotes monumentales, con el cual se pretende mantener viva esta tradición.
Este sábado, en las instalaciones del Museo de Arte Popular, se realizó la entrega de los premios a los tres primeros lugares del certamen; a la par se inauguró una colorida exposición con 66 grandes papalotes de diversas formas y estilos.
Los ganadores fueron el colectivo Talleres, de la comunidad especializada de tratamiento para adolescentes de la delegación Tlalpan, El colectivo De aquí allá (Tláhuac) y Daniel Castañeda Baeza, de Nezahualcóyotl, los cuales se hicieron acreedores de 15, 10 y 5 mil pesos, de manera respectiva.
Los organizadores también entregaron 10 menciones honoríficas con un estímulo económico de mil pesos para cada pieza.
El colibrí, El fantasma, Homenaje al arte huichol, Chinampa, Pacalote, El asombroso circo volador, Cleto, Escudo nacional, Corazón condominio y Almas de México son otros de los cometas creados para el concurso.
Saeta, cometón o pandorga
Los papalotes, que fueron colocados en el recinto ubicado en Revillagigedo, debían medir más de un metro de ancho y tres de largo, sin tomar en cuenta la cola.
El tradicional juguete tiene distintos nombres: cometa, barrilete, cometón, saeta, chichigua, chiringa, lechuza, pandorga, papagayo, piscucha, volador y volantín.
El papalote es un referente de celebración y festivales en diversas latitudes nacionales y extranjeras.
En la ceremonia de premiación se recordó la historia sobre los orígenes del papalote, la cual refiere que es uno de los juguetes más populares y antiguos del mundo.
Una de las vertientes indica que el inventor fue un sabio griego llamado Arquitas de Tarento, quien vivió en el siglo IV aC; mientras otra versión indica que lo creó el general chino Han Sin con fines militares.
Se recordó que el científico Benjamín Franklin descubrió las descargas eléctricas en 1752 gracias a un papalote.
En México, los indígenas conocieron este objeto tras la llegada de los españoles, y lo nombraron papalótl, que significa mariposa. Posteriormente, se consolidan no sólo como símbolo de diversión, sino de tradición tal es el caso del Itsmo de Tehuantepec, donde durante el Día de Muertos son un medio para que los espíritus bajen y visiten a sus seres queridos, y de la misma forma se marchen.
El propósito de este concurso es conservar la tradición y aumentar la participación de todos los sectores de la sociedad, porque la creación de los papalotes implica una actividad lúdica social e impulsa la innovación de diseños
, explicó Walther Boelsterly director del Museo de Arte Popular.
El museo se ubica en Revillagigedo 11, Centro Histórico, cerca de las estaciones del Metro Juárez e Hidalgo.