Domingo 20 de febrero de 2011, p. a16
Dejar escapar un melodioso pedo es práctica común, pero sobre todo de gran alivio para el vientre. Necesidad incómoda desde el punto de vista social, aunque más aún para las narices ajenas. En terrenos privados se torna motivo de jocoso choteo, si bien siempre ha sido tema tabú. Ello no ha impedido que autores de diferentes épocas dediquen sus plumas a este arte escatológico. Uno de ellos es Jonathan Swift, el autor de Los viajes de Gulliver, quien creó este ingenioso tratado sobre las ventosidades, cuya presente edición es acompañada por una no menos desternillante taxonomía de esos gases, debida a Charles James Fox. El beneficio de las ventosidades, Jonathan Swift, Sexto Piso, 87 pp. Precio de lista: 150 pesos.