La legendaria coreógrafa Guillermina Bravo refrendó su apoyo a los jóvenes bailarines para que les abran el camino en el siglo XXI, esto, durante el homenaje que recibió la noche del sábado, en el Palacio de Bellas Artes.

Guillermina Bravo (13 de noviembre, 1920), considerada la artista más importante en la danza moderna y contemporánea, quien acuñó la frase: Yo soy mi cuerpo, llegó a la recién remozada sala principal del recinto para presenciar el tributo que le ofrecieron cuatro destacadas coreógrafas, autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), alumnos y personalidades de la comunidad dancística.

Después de proyectarse el video que sintetizó la vida y trayectoria de la coreógrafa, se le entregó un reconocimiento de manos de Teresa Vicencion, titular del INBA, quien habló sobre el legado de Bravo en el acontecer artístico del país.

Al tomar el micrófono, la maestra Guillermina Bravo insistió en la necesidad de que a los jóvenes valores de la danza les sean abiertas las puertas; halagó también a los maestros de la escuela en Querétaro, quienes –dijo– no han dejado de trabajar, pese a que no han recibido ningún pago.

El tributo a la bailarina veracruzana arrancó con cuatro obras creadas ex profeso por Claudia Lavista, Rossana Filomarino, Bárbara Alvarado y Lydia Romero.

Las compañías ofrecieron un agasajo visual saturado de movimientos y ejecuciones sincronizadas que se fusionaron con los paisajes sonoro y lumínico.

El remozado espacio acogió a Delfos Danza Contemporánea compañía que abrió el espectáculo con Memoria ciega; posteriormente, Filomarino presentó la coreografía Guillermina, memorias del corazón.

La pieza Sol a ciegas, de Aletheia El Cuerpo Mutable, y Manga corta conformaron el programa dedicado a la bailarina, quien se ha caracterizado por impulsar la disciplina y a sus creadores.

Los cuerpos hablaron en el tributo a Guillermina Bravo.

Sobre el escenario, los contrastastes y juegos de luces causaron originales efectos, sobre todo en la coreografía de Cuerpo Mutable, quienes fundieron todos los elementos para apropiarse del espacio y cerrar con broche de oro el tributo a Bravo.