Lunes 21 de febrero de 2011, p. 27
Bengasi, la segunda ciudad de Libia, fue escenario de caos y baño de sangre este domingo, entre versiones de que manifestantes antigubernamentales habían tomado el control. En horas tempranas las fuerzas de seguridad abrieron fuego indiscriminado contra los dolientes que asistían a los funerales de quienes fueron abatidos en días recientes, pero al parecer perdieron la ventaja cuando un batallón militar clave se puso del lado de los opositores.
La sangrienta represión de los manifestantes –descrita como masacre por decenas de testigos– ha dejado al menos 200 muertos en sólo seis días y llevó al punto de ebullición las tensiones en esta nación del norte de África.
Ante la imposición del silencio a los medios, blogueros y activistas libios en línea han buscado sacar reportes en los que describen escenas de carnicería y dirigen llamados urgentes de ayuda a Occidente.
El líder libio Muamar Kadafi enfrenta el desafío más grave a su autoridad en su imperio de cuatro décadas, y la represión a los manifestantes en días recientes marca la respuesta más brutal en cualquier país desde que el mes pasado la revuelta en Túnez disparó una reacción en cadena de levantamientos populares contra gobiernos autoritarios en todo el mundo árabe.
Gran parte de la violencia se ha concentrado en el noreste de Libia, en particular en Bengasi y Al Bayda, donde el apoyo al coronel Kadafi es tradicionalmente mucho más débil.
En Bengasi, la gente describía una ciudad acosada por la violencia y el miedo; afirmaba que mercenarios procedentes de Chad, Zimbabue y países norafricanos emprendieron una serie de matanzas, abriendo fuego sobre los manifestantes, fueran hombres, mujeres o niños. Ya no hay policía en las calles, sólo quedan las milicias y los africanos que trajeron
, dijo Hassán, maestro de 36 años. Kadafi está contratando matones. Vi cómo le disparaban a un niño de dos años. A esa gente no le importa nada; no está matando a nadie de su país, sino a nuestra gente.
Decenas de miles salieron a las calles este domingo para unirse a las procesiones funerarias. Por lo menos 15 personas murieron en enfrentamientos, relató un médico de Bengasi.
Pero Alí Faris, emigrante libio que vive en Estados Unidos, pero tiene parientes en Libia, comentó que por lo menos un batallón militar se había unido a los manifestantes, lo cual produjo escenas de júbilo en las calles de Bengasi.
Mofta, residente en esa ciudad, relató a Al Jazeera que ésta se había convertido en una zona de guerra
en la que los pobladores habían colocado barricadas en las calles. Añadió que las fuerzas de seguridad siguen disparando a los manifestantes.
Algunos de los peores hechos de violencia en el fin de semana ocurrieron el sábado, y un médico de Bengasi declaró a Al Jazeera haber visto más de 200 cadáveres.
La situación crece en forma alarmante
, expresó Malcolm Smart, director de Amnistía Internacional para Medio Oriente y África. Da la impresión de que Libia ha ordenado a sus fuerzas aplastar las protestas a cualquier costo.
Testigos refirieron que los hospitales se veían abrumados y necesitaban con desesperación sangre fresca para transfusiones. Los médicos dijeron que muchas víctimas llevaban heridas en la cabeza y el torso, indicación de que los soldados tiraron a matar.
“El mundo exterior debe darse cuenta de que estamos escasos de medicinas y alimentos; la situación es mala en verdad –señaló una abogada llamada Sayida–. Todos nos ofrecemos de voluntarios en el hospital. Yo estuve allá el sábado y había un montón de heridos.”
El panorama en Libia es confuso en ocasiones: está prohibido el ingreso de reporteros extranjeros, y las autoridades han bloqueado periódicamente el acceso a la Internet. La televisión estatal ha dado escasa información sobre la violencia. Pero blogueros y activistas han posteado mensajes y videos en el intento de alcanzar al mundo exterior, acusando a las autoridades de una masacre en gran escala.
“Les pedimos intervenir en rescate de Libia. Los libios mueren esperándolos –escribió un internauta anónimo en comentarios traducidos por el sitio web Alive in Libya–. Kadafi está loco.”
Entre tanto, hubo informes de que las autoridades libias alistaban una unidad militar de élite y más mercenarios extranjeros para recuperar Bengasi.
En Al Bayda, población cercana que ha sido escenario de fieras escaramuzas, se informa que un grupo islámico tiene en rehenes a civiles y agentes de seguridad y amenaza con ejecutarlos si las autoridades no levantan el sitio a la ciudad. Los enfrentamientos se han propagado también a otras ciudades en todo el país, y hay versiones no confirmadas de que manifestantes marchan hacia Trípoli.
En una llamada telefónica con Said Kadafi, el hijo del líder libio a quien se atribuye una mentalidad reformista, el ministro británico del Exterior, William Hague, le dijo que la violencia es inaceptable.
Expresó alarma por los informes de grandes números de personas asesinadas
, reportó el Ministerio del Exterior.
Sus comentarios marcan un esfuerzo por distanciar a Gran Bretaña de Libia, apenas siete años después de que acogió a ese país como aliado en la guerra al terror
, a cambio de acceso a sus campos petroleros. Ahora Londres ha revocado las licencias de exportación de armas a Libia y Bahrein.
Kadafi no ha hablado en público desde el principio de los disturbios, hace seis días, aunque la televisión estatal ha mostrado imágenes suyas, sentado frente a partidarios que lo aclaman. La situación en la capital, Trípoli, está mucho más en calma.
Muchos dicen que los libios de Bengasi no tienen más opción que continuar su resistencia. La gente ha rebasado el punto de no retorno
, señaló Alí Faris.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya