La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) recibió el año pasado 384 solicitudes de permiso de publicidad de suplementos alimentarios; se autorizaron 110, pero otros 274 se transmitieron sin autorización. De estos últimos, la mayoría era de productos que ofrecen prevenir o curar enfermedades.

Aunque la autoridad sanitaria logró retirar 173 anuncios, enfrenta obstáculos serios para sacar del mercado dichas mercancías, entre otros, que el monto de las multas es irrisorio comparado con el costo de las campañas de publicidad y las ganancias por la venta de sus productos. En 2010, el organismo impuso multas por 3 millones de pesos a diferentes empresas.

Información de la Cofepris indica que las multas pueden ser por un monto máximo de un millón de pesos, mientras una campaña en medios electrónicos puede costar alrededor de 10 millones de pesos. De ese tamaño es el negocio que representan los productos milagro y la presión que las empresas y la industria sujeta a la regulación de Cofepris ejercieron para lograr la salida de su titular, Miguel Ángel Toscano.

Ayer, el secretario de Salud, José Angel Córdova Villalobos, reconoció que la comisión está sujeta a muchísimas presiones. Dijo que Toscano decidió que su ciclo ya había terminado y era mejor pasar a otra actividad.

Ustedes saben que la Cofepris regula toda la industria y todos los intereses económicos que puede haber en este país. Lógicamente, cuando se empieza a aplicar la ley se imponen restricciones y se generan situaciones complejas para la persona que lo vive, sobre todo como comisionado nacional.

En entrevista, durante un receso de la Consulta Regional de Alto Nivel de las Américas contra las Enfermedades Crónicas no Transmisibles y la Obesidad, Córdova afirmó que el trabajo de Toscano fue espléndido y descartó que su salida estuviese vinculada con los productos milagro y el proyecto de reforma al Reglamento Sanitario de Publicidad, presentado la semana pasada. No tiene nada que ver. Esto (lo del reglamento) ya venía, es algo que se iba a dar.

Dijo que Toscano le informó de su salida hace unas semanas e insistió en que no habría aceptado que se le pusiera precio al prestigio ni la cabeza de las personas.

Miguel Ángel Toscano –reiteró– es un funcionario ejemplar, honesto, trabajador, dedicado. Probablemente a muchas personas no les gustaba su actuar, porque era muy exigente y cumplió muy bien, pero, insisto, esta actividad es exhaustiva y decidió que había llegado a su término.

Con relación al proyecto de modificación del reglamento de publicidad, el funcionario aseguró que seguirá adelante y sobre las presiones ahora nos tocará a nosotros enfrentarlas. Esto no se acaba; finalmente, la situación permanece. Lo que queremos es tener un país con un estado de derecho donde se hable con la verdad y no se atribuyan poderes terapéuticos a suplementos alimentarios.

Señaló que una vez que tome posesión el nuevo titular de Cofepris, Mikel Arriola, el primero de marzo, se dará continuidad al trabajo en el organismo y en cuanto al proyecto de reglamento se abrirá a una consulta amplia para que no sea letra muerta, sino que se analice y los sectores involucrados se comprometan y corresponsabilicen con su cumplimiento.

Y es que, de acuerdo con información de Cofepris, actualmente los fabricantes de productos milagro recurren a artilugios que les permiten mantener al aire sus anuncios aun cuando se les haya ordenado retirarlos. Para lograr la salida de un comercial, la Cofepris debe indicar el canal y horario en el que pasa, por lo que las empresas realizan algunas modificaciones al mensaje y lo vuelven a transmitir por otro canal y a otra hora.

Al final, la autoridad sanitaria gana el proceso judicial, aunque para entonces puede ser que la misma empresa ya tenga otro anuncio de un nuevo producto al aire. De ahí la necesidad de establecer medidas de control, como la obligación de obtener un permiso para anunciarse y que las empresas de comunicación estén obligadas a no aceptar mensajes sin autorización.

Días antes de la presentación del proyecto de reglamento de publicidad de alimentos, medicinas, bebidas y suplementos alimentarios, la Cofepris informó que el consumo de estos últimos a los que se atribuyen cualidades terapéuticas de las que carecen puede ocasionar reacciones adversas, algunas graves.

Aunque la mayoría de los suplementos alimentarios se fabrican con plantas, de acuerdo con diversas farmacopeas internacionales y la información disponible en México pueden provocar reacciones adversas, entre otras, enlentecimiento del metabolismo, restricción al organismo de nutrimentos esenciales, debilitamiento del sistema de defensas y deshidratación.

En México, la Cofepris ha documentado que el consumo de productos milagro puede ocasionar desde dolor muscular, insomnio, nerviosismo, cólicos, arritmia cardiaca, calambres, ansiedad, diarrea, salpullido, mareo, náuseas, temblor, vómito, incremento del apetito, alteraciones del hígado, dolor de cabeza, sudoración, cansancio, hipertensión, entre otros.

Como resultado de 38 visitas de inspección a empresas, en 2010 la comisión encontró más de 250 productos con irregularidades y destruyó 12 mil piezas de diferentes mercancías.