A fin de revertir la escasa participación en la primera experiencia del voto de los mexicanos en el extranjero en 2006, el Instituto Federal Electoral (IFE) aprobó un plan estratégico para incentivar este ejercicio mediante cambios en la promoción y facilitando el esquema de inscripción en el padrón, así como eliminar el costo.

La utilización de las redes sociales, un micrositio en Internet creado ex profeso y el uso de medios alternativos serán claves en esta nueva estrategia.

En el diagnóstico del nuevo programa se asume el fracaso de la experiencia en 2006, cuando sólo se captaron 32 mil 632 votos, con una inversión superior a 270 millones de pesos, dato que si bien no se menciona en el informe, en el organismo se reconoce que fue excesivo.

De hecho, según estos datos, fue un costo de más de 8 mil pesos por cada voto.

La cifra final de votantes sólo representó 58 por ciento de las personas que originalmente habían expresado su interés en participar, que sumaron 56 mil 312 potenciales votantes; cuando originalmente se había planteando un escenario de 4.2 millones de electores mexicanos en el extranjero.

De acuerdo con la legislación aprobada, solamente se podía ejercer el voto mediante correo, por lo que quedó demostrada la incompatibilidad de la ley con el perfil de la mayoría de los ciudadanos residentes en el extranjero, así como la imposibilidad para lograr el número de sufragios que se esperaba.

El documento destaca que el instituto detectó tres factores que incidieron en reducir la participación ciudadana: el corto periodo que tuvo el IFE para instrumentar la ley –a partir de las reformas que abrieron esta posibilidad– y celebrar convenios de colaboración; las altas expectativas que el organismo electoral proyectó, y señaladamente el costo que generó al ciudadano enviar su solicitud de inscripción por correo postal certificado junto con el comprobante de domicilio.

Conforme al diagnóstico, también se hizo un análisis comparativo con las experiencias internacionales, se ve que hay diversos factores que inciden en alentar la participación, entre los cuales destaca el que se considere el sufragio algo obligatorio. Otros elementos son: la modalidad que se utilice para el sufragio; el documento para ejercerlo; la forma como se registra a quienes quieran votar y el tipo de elección.

Comparativamente, la tendencia que se identificó es que en aquellos países con mayor índice de participación, el modelo de registro es sencillo, existe una histórica cultura democrática, se tiene confianza en las instituciones y predomina la colaboración de las sedes diplomáticas y las instituciones en el exterior.

En el plan estratégico se destaca la necesidad de fortalecer la confianza y credibilidad de las elecciones entre los potenciales votantes; simplificar los procedimientos para incrementar la participación; coordinar los esfuerzos interinstitucionales y de medios de comunicación con las organizaciones de la sociedad civil, y darle al ejercicio un seguimiento puntual.

Para lograr los objetivos es fundamental que los potenciales electores tengan claras las etapas que se requiere cumplir para concretar el voto. Asimismo, se busca un convenio con el Servicio Postal Mexicano a fin de que, mediante un porte prepagado, se elimine el costo para los interesados en sufragar, pues se considera que esto fue un factor que desalentó la participación.

La utilización de las redes sociales e Internet serán elementos importantes para alentar la participación, toda vez que se va a replantear la estrategia de difusión de este ejercicio. Paralelamente se utilizarán medios alternativos para ampliar la comunicación con comunidades de mexicanos en el extranjero lo cual redundará en una mayor votación.