Dulce ingenio
uchos recordamos con gusto la exposición que por varios meses se presentó en el Museo Nacional de Culturas Populares: Un dulce ingenio: el azúcar en México. Para nuestra fortuna acaba de editarse, con el mismo título, el libro que acompaña a la exposición; lo coordina Beatriz Scharrer Tamm, quien tuvo a su cargo la muy atinada curaduría de la muestra.
El conjunto de temas que conforman esa publicación es muy amplio. Encontramos, por ejemplo, la relación de la caña, el azúcar y sus procesos con la música. De Ricardo Pérez Monfort es el artículo De jarabes, dulces y aguardientes. El azúcar y algunos derivados de la expresión popular fandanguera
. Juega el autor con el doble sentido de la palabra ingenio y también de la palabra jarabe; Vicente T. Mendoza, recuerda el autor, consideraba que la palabra vinculada con este género de baile podía estar relacionada con el vocablo de origen árabe, pero también con el vocablo de origen purépecha, charape, puesto que se baila entre otros lugares, en la región de tierra caliente, donde se siembra caña de azúcar.
La caña es parte del paisaje que sirve de escenario al huapango: Qué bonito es un huapango/ cuando el arpa lo acompaña/ bajo la sombra de un mango/ y entre la flor de la caña/ hay que ponerse muy chango/ para zapatear con maña
. Y desde luego lo dulce es inseparable de la boca de la amada o del amado: Mi novia me dio un besito/ y en el paladar quedó /pero hay que beso tan dulce/ siete días me duró
. Otros datos interesantes y bellas coplas, hay en este ensayo.
Y ya que hemos tocado algunos aspectos lingüísticos, de José G. Moreno de Alba es la Nota sobre el vocablo azúcar
, que como sabemos es de origen árabe, como lo son las más de 4 mil palabras que se integraron al español como una de las tantas huellas culturales que dejó la provechosa presencia árabe en España durante ocho siglos. Se refiere el autor al tema de los géneros en relación con azúcar, palabra a la que lo mismo puede anteponérsele el artículo la que el, pues su género es ambiguo. Esta explica faltas de concordancia, como cuando decimos el azúcar refinada.
En el recorrido que hacen María Antonieta Gallart y Luz Lozano por el calendario festivo de la caña, descubrimos con las autoras que la caña celebra, danza, es devota y ceremonial, hace beber y embriaga, cura, es adivina y refranera, y se convierte en canción
. Caña en las ofrendas de Muertos y en las piñatas, fiestas para celebrar la zafra, danzas como la de los Negritos o la Danza de Cuentepecos, caña convertida en aguardiente. A estos temas y a la historia del azúcar en México nos referiremos luego.