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Revuelta en Magreb y Medio Oriente
Fuerzas leales a Kadafi se mueven por las zonas más aisladas de Libia

Estalla camión en carretera que va a Bengasi; dicen que llevaba municiones

Evidencias de que el régimen consolida posiciones y prepara el contrataque

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Un opositor al régimen de Kadafi controla un cañón antiaéreo en una barricada en Zawiya, localidad cercana a TrípoliFoto Reuters
The Independent
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de marzo de 2011, p. 31

Burayqah, 1º de marzo. El camión estalló con un estruendo ensordecedor en medio del camino, arrojó llamas que se extendieron rápidamente a un prado adyacente antes de apagarse. Dos hombres saltaron del vehículo, gritaban y uno de ellos trataba de sofocar a manotazos el fuego en la chaqueta que vestía.

En un puesto ambulante a un lado del camino, ambos dijeron que el vehículo transportaba municiones, pero se rehusaron a decir adónde a los transeúntes que preguntaban. La denuncia inmediata fue que una bomba fue enviada por grupos leales a Kadafi contra posiciones rebeldes en Bengasi. El dueño del puesto ambulante, Aizad Abdulla, se dijo aliviado de que Alá se aseguró de que el camión estallara antes de que murieran más inocentes.

Posteriormente, el conductor, quien fue detenido por las fuerzas de seguridad, declaró que no llevaba cargamento alguno y que su camión iba vacío. Eso no explicaba lo que al parecer fue un estallido secundario. El capitán de la policía, Saied Enas, aseveró que el vehículo contenía balas para rifles de asalto Kalashnikov y una pequeña cantidad de explosivos.

El estallido del camión ocurrió este martes en la carretera principal a Bengasi, capital de la Libia Libre, que equivale a la mitad oriental del país. Esto refuerza la aprehensión en cuanto a que el régimen, lejos de disolverse debido a que está sitiado como han sugerido algunos reportes, se ha consolidado en su posición y contraataca a sus enemigos.

Si bien las circunstancias exactas del incidente de este martes siguen sin aclararse, existe evidencia suficiente proveniente del occidente del país que sugiere que los leales a Kadafi no son, en ningún caso, una fuerza destruida.

El Consejo Nacional, la administración provisional implementada por el movimiento de protesta, insiste en que el régimen está sitiado en Trípoli, la capital del país, y algunas localidades como Sirte, la tierra natal de Kadafi, que las fuerzas de la insurrección mantienen aisladas del resto del territorio.

Pero la realidad es que nadie tiene el control del país más allá de la localidad de Ajdabiya, ubicada a 90 minutos en auto de Bengasi, ahora que hubo una pausa en los ataques con misiles lanzados desde aviones militares sobre un tiradero de armas en las afueras de dicha localidad, que tenían el objetivo de evitar que dichas armas cayeran en manos de rebeldes.

El liderazgo de la protesta está cada vez más convencido de que la oposición de Rusia implica que la hipotética zona de vuelo restringida mencionada por David Cameron, Hillary Clinton y otros líderes occidentales jamás será establecida.

En tanto, las tropas del régimen han llevado acabo movimientos en los sitios más aislados del país. Han estado en la aldea de Bisher, justo en las afueras de Burayqah, que era una localidad que los rebeldes podían haber tomado sin mucho esfuerzo. Adel Sharif, de 30 años, propietario de una tienda en Bisher, afirmó: “Han venido a bordo de seis camiones de transporte militar, la última vez fue hace tres días. Controlan el área de nuevo. Teníamos a algunos voluntarios (rebeldes) de Bengasi que fueron camino arriba, pero cuando se encontraron con los hombres de Kadafi, dieron media vuelta sin dar un solo tiro.

Lo que nosotros vemos es que las fuerzas de Kadafi pueden pasar por aquí derecho hasta Bengasi sin que nada los detenga. Los vemos formar grupos cada vez más grandes y nos preguntamos qué sucederá, agregó Sharif.

Idris Fathi, de oficio carpintero, señaló: La situación se está volviendo muy preocupante. La milicia de Kadafi se ha llevado a algunos hombres de por aquí y creemos que no volveremos a verlos. Teníamos algunos hombres armados para defender el área pero se han ido. Supimos que muchos soldados del ejército libio han cambiado de bando, pero no hemos visto a ninguno de ellos luchar para los rebeldes.

Media docena de hombres llevando un surtido de armas que iban desde viejas kalashnikov hasta rifles de cacería, forman la fuerza de voluntarios de Burayqah. Uno de ellos es Hassan bin Jawad, de 19 años, quien se declara listo para ser un shaheed (mártir) por liberar a su país del tirano. Marcharemos hasta Trípoli para liberar nuestra capital. Estamos preparados para morir por nuestro pueblo.

Bin Jawad, armado con una pistola de aspecto frágil, tuvo que resolver un problema antes de llevar a cabo su misión. Mi madre cree que debo terminar mis estudios antes de unirme a la guerra, dijo. Estoy un poco preocupado porque la universidad cerró y nos estamos atrasando en nuestros cursos.

La única otra presencia armada en el área es proporcionada por la Fuerza de Protección del Petróleo, que defiende las instalaciones de combustible y gas de la zona. Haatem Morzak, un oficial de esta fuerza, alzó los hombros cuando se le preguntó si son desafiados por hombres armados del régimen. Somos neutrales en esto, afirmó. Nuestro trabajo es proteger las instalaciones de cualquiera de los dos bandos y lo seguiremos haciendo. Pero si las tropas del régimen deciden pasar por aquí, les dejaremos libre el camino.

La población local mantiene abiertas sus opciones. En el camino, justo frente a la principal estación de policía de Burayqah, no ondea la bandera roja, verde y negra de la antigua monarquía y que fue adoptada como el símbolo de la actual revolución, sino varias banderas verdes de la Libia bajo el mandato de Kadafi.

La estación policial en sí ostenta los colores del nuevo orden, pero en su interior, el estado de ánimo está muy alejado de la confianza. El oficial supuestamente a cargo afirmó, lleno de ansiedad, que ahí no hay policía, que nadie está involucrado en la política, la gente y el pueblo estamos a cargo. Después se despojó a toda velocidad de su gorra de policía. La gente sólo quiere que se mantenga el orden aquí, eso es todo.

Abu Bakr Astardi, ingeniero petroquímico de 33 años, explicó: Todos están muy preocupados por la posibilidad de que haya espías. ¿Cómo saber quién será usado contra quién en el futuro? La gente se opone a Kadafi, pero entre más tiempo permanece en el poder, más nerviosa se pone.

Astardi trabaja para la compañía Sirte Oil, que produce 48 por ciento del gas y los productos derivados del petróleo que se consumen en Libia. Los pozos ya no están operando. Las rejas de la entrada de las oficinas principales de Sirte permanecen cerradas. Los dos ejecutivos en jefe de la empresa no están. Un vigilante señaló que hace tres días fueron visitados por hombres que venían del oeste del país controlado por Kadafi. En las instalaciones ondean hoy seis banderas verdes del régimen.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca