Los recursos asignados por el gobierno federal al desastre agrícola en siete estados del norte del país resultarán insuficientes para solventar la calamidad agroalimentaria que podría sobrevenir, advirtieron diputados federales que ayer aprobaron la constitución de un fondo de emergencia por 15 mil millones de pesos para atender las consecuencias de las heladas en los cultivos.

Los legisladores modificaron la propuesta original de la Junta de Coordinación Política, al considerar urgente apoyar a los productores agrícolas por la crisis que viven a causa del clima en los estados de Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango.

El punto de acuerdo también considera un exhorto al Ejecutivo federal para que autorice la entrega de recursos por liquidación de contratos de cobertura de maíz para el ciclo otoño-invierno 2010-2011.

De esa forma, se pretende girar más presupuesto para el impulso del empleo temporal de jornaleros agrícolas y para mante- nerlos afiliados al Seguro Social, garantizar la devolución anticipada del IVA y el diferimiento de los pagos de obligaciones del Infonavit y de los impuestos sobre la renta (ISR y empresarial a tasa única (IETU).

Antes, el PRI en San Lázaro había solicitado a las autoridades federales aumentar y acelerar la entrega de apoyos para los agricultores afectados por las heladas en el norte del país.

Francisco Rojas Gutiérrez, coordinador de los priístas en San Lázaro, adelantó que se prepara un pronunciamiento legislativo para que se permita utilizar los recursos excedentes obtenidos por el incremento del precio de petróleo. Con preocupación, desglosó los daños en el campo productivo del norte del país: sse estiman pérdidas superiores a 800 mil hectáreas de siembras y 60 millones de pastizales, y eso pone en riesgo la soberanía alimentaria nacional.

Resultaron afectados principalmente los estados de Baja California, Coahuila, Chihuahua, Durango, Sonora, Sinaloa y Ta- maulipas, donde se generaron daños no vistos desde hace muchas décadas en nuestro país. Las pérdidas ascienden a 800 mil hectáreas de siembras, principalmente cultivos de maíz y trigo. Las pérdidas en horticultura también son muy importantes: en pastizales son 60 millones de hectáreas que van a afectar también la ganadería.