Domingo 6 de marzo de 2011, p. 33
De la población económicamente activa (PEA) sólo 2.4 por ciento de las mujeres se desempeña como empleadora, 62 por ciento son trabajadoras subordinadas y remuneradas, 23 por ciento trabaja por cuenta propia y casi 10 por ciento son trabajadoras no remuneradas, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo 2010.
De acuerdo con la estadística, los grupos de ocupación con más presencia femenina son los de comerciantes
y trabajadoras en servicios personales
(26 y 22 por ciento, respectivamente), mientras que en los rubros conductores y ayudantes de conductores de maquinaria móvil y medios de transporte
, así como trabajadores en servicios de protección y vigilancia y fuerzas armadas
la presencia de la mujer es prácticamente nula (0.1 y 0.5 por ciento del total).
Jornada laboral e ingresos
En términos generales, la duración de la jornada de trabajo semanal de las empleadoras es menor que la de los empleadores.
Las cifras más recientes apuntan que 26.3 por ciento de las empleadoras trabaja una jornada de tiempo parcial, es decir, menos de 35 horas a la semana; en comparación con los empleadores, pues sólo 15.8 por ciento de ellos labora con este tipo de jornada.
En contraste, 46.8 por ciento de los empleadores trabaja más de 48 horas a la semana, mientras que 36.4 por ciento de ellas lo hace.
El nivel de ingresos de las empleadoras es también más bajo en comparación con el de los hombres empleadores.
A pesar de que, según el índice de discriminación salarial calculado para el año 2007, era necesario incrementar en promedio 9.7 por ciento el sueldo de las mujeres para lograr equidad en este rubro, este indicador se redujo a 8.2 por ciento en 2010, por lo que la discriminación salarial persiste de manera más acentuada en algunos sectores.
Tal es el caso de los artesanos y obreros y el de supervisores industriales, donde el ingreso de las mujeres es de 34 a 35 por ciento menor al de los hombres. También entre los ayudantes de obreros el ingreso femenino es 20.5 por ciento menor que el de los hombres.
Sólo en el grupo de trabajadores domésticos el ingreso femenino es mayor al masculino, pero apenas 5.7 por ciento.