Un gol de Christian Giménez acabó con la racha de siete años del Cruz Azul sin vencer al América. El derechazo del argentino terminó con un historial de 16 partidos de superioridad amarilla. Pero eso ya quedó en el pasado, aseguró el portero Guillermo Ochoa, quien este domingo defenderá el marco de las Águilas en una nueva edición del llamado clásico joven.

La desmemoria es el analgésico contra los malos resultados. Olvidar pronto para seguir adelante. Memo ayer lo confirmó: cada partido es distinto, aun cuando su equipo fue capaz de imponerse durante 16 torneos sin caer ante La Máquina.

Ahora el América parece reinventarse con la dirección de Carlos Reinoso, quien devolvió el amor y el orgullo por los colores que visten los jugadores. Por eso el Maestro insistió toda la semana sobre la importancia de ganar estos partidos, que no sólo ponen en disputa tres puntos, sino la posibilidad de recuperar la confianza en que pueden lograr proezas en dos torneos: la liga casera y la Copa Libertadores.

Este domingo ya no recuerdan al Chaco que planea con los brazos abiertos para celebrar el gol del exorcismo. Han olvidado el fogonazo de derecha con el que los celestes los vencieron en aquel octubre de 2010.

Hoy sólo pensamos en este torneo y en que estamos haciendo las cosas bien, cumpliendo objetivos que trazamos desde el principio de la temporada, refiere Ochoa.

Hay una conciencia de deuda con la afición, admitió el guardameta. Un sentimiento de que algo le deben a esos seguidores pacientes, que durante varias jornadas soportaron estoicamente los tropiezos y titubeos de su equipo. A esa afición, dijo, le prometen hacer todo para darles la satisfacción de ganar un partido que tiene un toque especial.

Sin embargo, el entusiasmo que reflejó el portero amarillo está ensombrecido por la racha de lesiones que ha debilitado la media cancha del equipo. La ausencia de Pável Pardo, Rosinei Adolfo –cuya participación será decidida de último minuto el domingo– y de Diego Reyes provocan nuevos retos para Reinoso.

El Maestro está enfrascado en los ensayos para devolver densidad a esa zona en la que se define el vigor de la defensa y se generan las posibilidades del ataque.

Participar en dos torneos simultáneamente, exponerse a tanta exigencia en los entrenamientos, tiene un alto costo y lo sabían desde que llegó el compromiso, dijo Ochoa.

Nos encantaría tener a todos los jugadores en excelente condición física; lamentablemente no es así, pero debemos sobreponernos; comentó.

Lo bueno, dijo, es que existen jugadores con ánimo de una oportunidad y estas situaciones les abren una puerta. Se genera una competencia en el plantel que finalmente beneficia al equipo mismo.