De los escasos jóvenes que obtienen un doctorado, apenas una tercera parte ingresa al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), mientras la planta de científicos se pinta de canas, sin que hasta el momento se tenga siquiera un plan global de jubilación decorosa para los investigadores, apuntó la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

El envejecimiento de la plantilla de investigadores, su bajo crecimiento ante los requerimientos del país y la poca oferta de plazas para desarrollarse como científico profesional, explican la ineficiencia del sistema educativo nacional, lo que empeora cada año, advirtió el presidente de la AMC, Arturo Menchaca Rocha.

Estadísticas del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) señalan que la edad promedio de los investigadores del nivel 3 se incrementa cada año, al grado de que aumentó de 59 años en 2004 a 62 años en 2009.

Menchaca Rocha aseguró que en este fenómeno existen dos causas fundamentales: una, la carencia de un programa de jubilación decorosa para la plantilla de científicos, y dos la falta crónica de plazas para investigadores.

Esto, mientras la mayoría de jóvenes doctores no obtienen un trabajo en México que les permita continuar activos en el terreno de la investigación.

De los pocos que ingresan al SIN, una fracción no despreciable abandona el sistema en poco tiempo por falta de productividad, lo que significa que la larga cadena de producción de doctores es ampliamente superior a la oferta de plazas de investigador, agregó.

Dicha circunstancia no es desconocida para los propios estudiantes y genera en ellos una retroalimentación negativa que los desanima a optar por un doctorado.

El físico nuclear destacó que la jubilación liberaría plazas, mismas que serían ocupadas por jóvenes investigadores, aunque un país como México, que desea progresar, debe contratar más investigadores de los que jubila.

En el país se hacen bien las cosas, pero se produce poco, y en el terreno de la producción de científicos; hay buenos, pero insuficientes, añadió.