La Cámara de Diputados exhortó a Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del Distrito Federal, a que “a la brevedad celebre una audiencia pública con los vecinos afectados por la construcción del proyecto vial denominado supervía poniente, con el propósito de que se les proporcione la información completa respecto a la afectación que ocasionará dicha obra”.

En conjunto, 253 diputados de PRI, PAN, PRD, Nueva Alianza y Convergencia votaron en favor del punto de acuerdo, 14 en contra y dos se abstuvieron. El exhorto también contempla que la autoridad de la ciudad de México “someta a consulta ciudadana la supervía, a fin de conocer la opinión de los ciudadanos afectados y beneficiados por la misma”.

Anuncia que la Comisión del Distrito Federal integrará un grupo de trabajo entorno a la supervía, cuyos objetivos serán obtener información, acercamiento y realización de encuentros con las partes involucradas, así como la búsqueda de soluciones a los conflictos que se han generado.

La panista Gabriela Cuevas adujo que es fundamental que un gobernante escuche, más cuando se precia de ser un gobierno democrático. Hay que recodar que, en el caso del Distrito Federal, existe la Ley de Participación Ciudadana, que prevé este mecanismo. También debe recordarse que no es la primera vez que se utiliza; ya se hizo una consulta para el tema de los segundos pisos.

Su compañera María de la Paz Quiñones ocupó más de 25 minutos la tribuna –a pesar de los exhortos del presidente de la Mesa Directiva–, hasta que emitió una solicitud que fue ignorada por el pleno: “pido la suspensión de la obra hasta que sean cumplidas todas las recomendaciones de Derechos Humanos del DF y las observaciones de la Procuraduría de Medio Ambiente del Distrito Federal.