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Se vive un momento histórico, afirman

El País Vasco va rumbo a la pacificación, estiman líderes
Corresponsal
Periódico La Jornada
Miércoles 16 de marzo de 2011, p. 36

Madrid, 15 de marzo. En el País Vasco hay señales de renovación y de esperanza. Muchos dirigentes políticos, sindicales y ciudadanos creen que está en un momento histórico y, sobre todo, ante la definitiva pacificación del conflicto. El proceso en ciernes pretende empezar a limar las asperezas de un enfrentamiento de cuatro décadas que ha dejado una sociedad erosionada. La aparición en la escena política de Sortu, que represente electoralmente a la izquierda abertzale, provocó un amplio debate.

Batasuna, la ex coalición de esta porción del electorado, fue ilegalizada en 2003, acusada por Madrid de ser una organización afín a ETA. La legalización o no de Sortu está en manos de los tribunales españoles, pero diversos colectivos y formaciones se sitúan para enfrentar una nueva batalla política.

Entre los firmantes del Acuerdo de Gernika y, por tanto, uno de los defensores de la legalización de Sortu figura Oskar Matute, respetado político vasco y fundador del nuevo partido Alternatiba, quien sostiene que “estamos sin duda en un nuevo escenario político. Caen los nudos gordianos que se habían planteado como muros infranqueables durante mucho tiempo; por ejemplo, que la izquierda abertzale hiciera una reflexión autocrítica de su pasado y proyectara su futuro en términos de lucha estrictamente política, y rompiera esa idea de connivencia con la violencia. Ahora esa idea queda rota por completo con los pasos que ha dado la izquierda abertzale, con lo que abre un nuevo tiempo político”.

Ainhoa Etxaide, lideresa del sindicato LAB, añadió que cada intento por alcanzar la paz ha sido un fracaso pero también un avance. El último proceso, en Loyola, fue el mayor acercamiento a un acuerdo definitivo y el más profundo. Creo que de ahí se sacaron conclusiones definitivas y por eso ahora pensamos que ésta debe ser la definitiva. De ahí la dimensión de los cambios. Ni hay país para nuevos intentos ni hay sociedad que pueda aguantar más fracasos. Es necesario que esta sea la definitiva.

Jesús Eguiguren, dirigente del Partido Socialista de Euskadi (PSE) y uno de los protagonistas del fallido proceso de paz de 2006, también coincidió en que estamos ante el proceso definitivo. Reconoció que en el PSE, como el resto de los partidos, están un poco confusos por lo que ocurre. Los cambios son tan rápidos, que no se ha querido hablar del tema, y el que daba un mensaje positivo era castigado en la prensa; por eso en el partido mucha gente no sabe que está ocurriendo, porque es un fenómeno extraordinariamente rápido.

Inmovilismo estatal

El dirigente de Alternatiba y ex diputado de Ezker Batua añadió que desde su punto de vista la ilegalización de Sortu sería una nueva demostración de la actitud inmovilista del Estado español, y también una evidencia de la utilización política que se hace de una situación anómala, pero eso no sería un obstáculo insalvable. Y ese es un factor fundamental, pues antes todos los procesos tenían la peculiaridad de que había una serie de exigencias de pasos al rival. No eran unilaterales y en este caso sí lo es.

En términos parecidos se expresa la dirigente sindical, quien sostiene que para que sea definitiva es verdad que todos los proyectos políticos deben tener el derecho a participar en igualdad de condiciones. Nosotros no trabajamos con plazos, pero sí con la convicción de que la sociedad quiere una solución ya. Por tanto hemos hecho una fase de creación y consolidación, y ahora tenemos que ir avanzando en esos contenidos.

Pero las diversas asociaciones de víctimas de la violencia de ETA –que ha matado a más de 800 personas en sus cuatro décadas de historia– están en contra de legalizar Sortu, y han anunciado movilizaciones para intentar que los tribunales rechacen la petición de legalización del nuevo partido, que tiene en contra un demoledor informe de la Guardia Civil, que le sitúa supuestamente en la órbita de ETA.

Pero a pesar de todas las dificultades, Matute sostiene que es cierto que la posición del Estado español no ha variado, lo que hace que se dificulte ver con claridad el nuevo tiempo político. Yo sí creo que el ciclo de la lucha armada y de la actividad violenta ha terminado definitivamente.