Sábado 19 de marzo de 2011, p. 28
Tras casi 22 años de trabajo pastoral en la diócesis de Culiacán, Sinaloa, el obispo Benjamín Jiménez Hernández renunció al cargo apelando al canon 401.2 del Código de Derecho Canónico, el cual se refiere a motivos de enfermedad o alguna causa grave. Su sucesor será Jonás Guerrero Corona, quien desde agosto de 2001 ha fungido como obispo auxiliar de la arquidiócesis de México.
Éste es el segundo distanciamiento de algún jerarca de esa diócesis en menos de medio año, pues en septiembre pasado el obispo auxiliar de esa demarcación religiosa –localizada en uno de los estados más azotados por la violencia del narcotráfico– Emigdio Duarte Figueroa, nativo de Guamúchil, Sinaloa, partió a Jerusalén a realizar estudios.
Fuentes de la Conferencia del Episcopado Mexicano negaron que Jiménez Hernández haya dejado el cargo por alguna amenaza de criminales, pero refirieron que uno de los motivos por los que se aleja es por problemas de salud derivados de la violencia e inseguridad en el estado.
Desde hace tiempo había querido renunciar. Es un hombre aprensivo y se sentía cansado y angustiado y pidió que lo relevaran.