Profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y especialistas en medios de comunicación consideraron ofensivas y preocupantes las declaraciones del secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, quien afirmó que las telenovelas son un instrumento importante para abatir el analfabetismo y el rezago educativo. Aseguraron que es de dar lástima que quien ostenta la más alta investidura del sistema educativo apoye una expresión tan pobre, demagógica y contraria a todo contenido científico, como las telenovelas.

En el aula –aseguraron dirigentes de la CNTE– buscamos luchar cotidianamente contra esa cortina de humo que representa la barra de entretenimiento que se transmite por televisión, pues en México se optó por entregar la producción de contenidos a lo peor del sector empresarial.

José González Figueroa y Pedro Ramírez Vázquez, dirigentes magisteriales con más de 40 años de servicios, afirmaron que esas declaraciones sólo tienen explicación si creemos que busca agradar al duopolio televisivo para cimentar su supuesta candidatura presidencial; de lo contrario, sólo se puede calificar de una más de sus incoherencias.

En entrevista por separado, Alma Rosa Alva de la Selva, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, y Lourdes Barbosa, presidenta del Observatorio Ciudadano por la Equidad de Género en los Medios de Comunicación, coincidieron en señalar que el premio otorgado por la dependencia al productor Juan Osorio, de Televisa, es muestra de los intereses electorales del funcionario, pues quiere ganar la simpatía de las televisoras rumbo a 2012.

Barbosa apuntó que la información de las telenovelas no tiene como finalidad formar ciudadanía, sino mantener los papeles de una cultura tradicional que ya no encaja con la realidad del país.

Omar Raúl Martínez, director de la Revista Mexicana de Comunicación, consideró que no es justo ni sano descalificar a priori el género de la telenovela. El problema no es el formato, sino los productores y la autoridad educativa que poco hacen por desterrar contenidos de ínfima calidad en los medios electrónicos.

Con información de Ariane Díaz