Apenas dos semanas atrás Washington dijo que no tenía planes de cambiar a su embajador
A principios de mes Calderón envió al diplomático el mensaje no me ayudes, compadre
La operación Rápido y furioso y los vuelos de EU sobre México agravaron la tensión bilateral
Domingo 20 de marzo de 2011, p. 5
Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México, renunció a su cargo, informó la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
La decisión ocurre a casi año y medio de haber presentado sus cartas credenciales ante el gobierno mexicano y a poco más de dos semanas de que el presidente Felipe Calderón declaró que el contenido de los reportes diplomáticos de Pascual –revelados por Wikileaks y algunos dados a conocer por La Jornada– había dañado las relaciones bilaterales.
Calderón hizo esa afirmación el pasado 3 de marzo en Nueva York, durante una conversación con editores y reporteros de The Washington Post. En esa ocasión, en referencia a Pascual, lanzó un sarcástico: no me ayudes, compadre
.
Tras conocer esas expresiones de Calderón, el vocero del Departamento de Estado, Philip Crowley, aseguró: Estados Unidos no tiene planes
de cambiar a su embajador en México.
Hillary Clinton anunció ayer que el diplomático permanecerá en México hasta organizar una transición ordenada
.
A su vez, fuentes de la embajada estadunidense en el país rechazaron comentar las razones que tuvo Pascual para dejar el cargo. Se limitaron a confirmar la dimisión y refrendaron que el embajador todavía no saldrá del país. Sólo sabemos que se aceptó su renuncia
, refirieron.
En un comunicado que reivindica los logros del diplomático durante su estancia aquí, la secretaria dio a conocer con profundo pesar
la renuncia de Pascual. Carlos ha comunicado su decisión de regresar a Washington basado en su deseo personal de asegurar una fuerte relación entre nuestros dos países y de evitar temas planteados por el presidente Calderón que pudieran desviar la atención de la importante tarea de promover nuestros intereses bilaterales.
A continuación el texto íntegro del comunicado de Clinton, en traducción de La Jornada:
“Con profundo pesar anuncio que el embajador Pascual ha pedido al presidente Obama y a mí aceptar su renuncia como nuestro embajador en México.
“Durante el pasado año y medio, el embajador Pascual ha sido arquitecto y abogado para la relación EU-México, promoviendo con efectividad las políticas de Estados Unidos en nombre del presidente (Obama) y de este gobierno. Ha colaborado sin descanso con sus contrapartes mexicanas para poner los cimientos de un mercado transfronterizo de energía renovable, abrir negociaciones sobre el manejo de las reservas de petróleo y gas que abarcan territorio mexicano y estadunidense, y construir una nueva estrategia fronteriza para fomentar el comercio y detener tráficos ilícitos. Carlos ha comprometido también a empresas estadunidenses y mexicanas en construir mercados que han ayudado a hacer de México el destino número dos de las exportaciones de EU.
“El embajador Pascual ha trabajado con el gobierno mexicano para integrar los derechos humanos en nuestras respectivas políticas y compromisos; también ha coadyuvado a realzar las conexiones humanas y culturales que apuntalan la amistad entre el pueblo de México y el de Estados Unidos. Carlos colaboró con sus contrapartes en ir más allá del enfoque original de la Iniciativa Mérida de desmantelar a los cárteles al de construir instituciones para el imperio de la ley en México y comprometer a la sociedad civil mexicana en procurar su seguridad. Estos vínculos, cultivados y fortalecidos durante su gestión, servirán a ambas naciones durante décadas.
“Dentro del gobierno estadunidense, Carlos adoptó un enfoque de ‘todo el gobierno’ para atender una de nuestras relaciones bilaterales más importantes, ganando el respeto y la colaboración de nuestro servicio exterior, nuestras fuerzas armadas y nuestras agencias encargadas de aplicar la ley. El presidente y yo le estamos particularmente agradecidos por sus esfuerzos para sostener el ánimo y la seguridad del personal estadunidense a raíz de las trágicas balaceras en las que murieron cuatro personas de nuestra familia ampliada el año pasado en México.
Carlos ha comunicado su decisión de regresar a Washington basado en su deseo personal de asegurar una fuerte relación entre nuestros dos países y de evitar temas planteados por el presidente Calderón que pudieran desviar la atención de la importante tarea de promover nuestros intereses bilaterales. Con gran renuencia el presidente Obama y yo accedimos a su petición. Le hemos pedido que, antes de regresar a asumir sus nuevas responsabilidades en el Departamento de Estado, permanezca en México para ayudarnos a organizar una transición ordenada.
Un año cinco meses
Obama designó a Pascual embajador de Estados Unidos ante México en junio de 2009 y el Senado del país vecino confirmó la nominación el 7 de agosto de ese mismo año.
En octubre de 2009 el diplomático presentó a Calderón sus cartas credenciales en Palacio Nacional, y se convirtió en el sucesor de Tony Garza, quien fue el representante estadunidense en México de noviembre de 2002 a enero de 2009.
Las últimas semanas de Pascual como embajador de Estados Unidos en México estuvieron marcadas por las tensiones bilaterales que provocaron los contenidos de los cables de Wikileaks y las revelaciones sobre la operación Rápido y furioso –mediante la cual se introdujeron más de dos mil armas largas a México– y de los vuelos de aeronaves no tripuladas en territorio nacional, acciones que fueron calificadas por diversos sectores nacionales como una violación a la soberanía.
Clinton resaltó que el diplomático –quien de 2000 a 2003 fungió como embajador ante Ucrania, y antes fue asesor especial del presidente y director ejecutivo del Consejo de Seguridad Nacional para Rusia, Ucrania y Eurasia– ha sido un arquitecto y defensor de la relación entre México y Estados Unidos, promoviendo efectivamente las políticas de Estados Unidos
y colaborando con sus contrapartes mexicanas en construir una nueva estrategia en la frontera para promover el comercio y al mismo tiempo detener los flujos ilícitos
de armas y drogas.
En la visita que Calderón realizó a Washington a principios de este mes se le preguntó si había perdido su confianza en el embajador estadunidense, quien en los cables diplomáticos hizo críticas al Ejército en su papel en el combate al narco. El Presidente respondió: es difícil construirla (la confianza) y es fácil perderla
.
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