La bancada del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado insistirá en que la refinación de petróleo se abra al capital privado nacional y extranjero. Así, el próximo martes presentará una iniciativa que retoma la propuesta que Felipe Calderón incluyó en su proyecto de reforma energética de 2008, rechazada por el Congreso.

Es una iniciativa prácticamente idéntica a la del Ejecutivo, admitió el senador Rubén Camarillo, quien, junto con Juan Bueno Torio, Fernando Elizondo y Jorge Ocejo, se ha encargado de elaborar el proyecto por el cual se permite a empresas privadas construir, operar y ser propietarias de refinerías, ductos, instalaciones y equipos petroleros.

No se trata de una reforma a la Carta Magna, sino a leyes secundarias, ya que al igual que hace tres años hizo Calderón, los panistas dan ahora una nueva interpretación al artículo 27 constitucional, con el fin de que pese al ordenamiento que otorga al Estado la exclusividad de la explotación de hidrocarburos, se permita concesionar a particulares la producción de gasolina.

Los panistas proponen sólo modificaciones a la Ley Reglamentaria del Artículo 27 en el Ramo del Petróleo y a la Ley de Petróleos Mexicanos (Pemex), con el fin de que la refinación ya no sea una actividad exclusiva de la paraestatal.

El debate siempre ha sido hasta dónde llega el monopolio estatal. Nosotros sostenemos que la Constitución es muy clara, y la exclusividad es sólo en la exploración y extracción de petróleo crudo, sostuvo Camarillo.

Agregó que en la ley posterior a la explotación petrolera que promulgó Lázaro Cárdenas se daba la oportunidad de que la actividad de refinación se llevara a cabo por particulares, a través del esquema de concesiones o de un permiso de la autoridad competente.

Insistió: está muy claro. El artículo 27 habla del dominio del Estado sobre los recursos naturales; es decir, sobre las extracciones que se hacen del subsuelo, pero ya la gasolina no corresponde a ninguna extracción, sino a un proceso industrial posterior.

Camarillo recalcó que van a poner de nuevo el tema sobre la mesa, porque la paraestatal tiene cada vez más problemas financieros y es tiempo de entender que Pemex no va a poder sola con todo.

Todas las inversiones de la empresa, expresó, se concentran en exploración y producción y seguimos importando 40 por ciento de la gasolina que consumimos.

Aseguró que no se avanza en la privatización de Pemex. Ese es un concepto falso, mal entendido, que protege el régimen actual de vender petróleo crudo e importar gasolina de lugares tan lejanos como China e India. Bonito negocio.