Madrid, 21 de marzo. El escritor colombiano Juan Gabriel Vásquez, de 37 años y residente en Barcelona desde hace 12, fue reconocido con el Premio Alfaguara de Novela por su obra El ruido de las cosas al caer, en la cual reflexiona sobre el pasado y el presente de su país y de su vida.

El jurado, presidido por el literato vasco Bernardo Atxaga –e integrado por Gustavo Guerrerro, Lola Larumbe, Candela Peña, Imma Turbau y Juan González–, destacó las cualidades estilísticas de esta novela, cuya prosa recrea una atmósfera original y atractiva.

La decimocuarta edición del prestigioso premio Alfaguara recayó en un autor joven, quien tiene un vínculo desde hace años con esa editorial, en la que ha publicado sus dos novelas Los informantes e Historia secreta de Costaguana (con esta última obtuvo el premio Qwerty a la mejor novela en castellano, en Barcelona), así como su libro de relatos Los amantes de Todos los Santos.

De hecho, Vásquez fue uno de los integrantes del jurado en el certamen del año pasado, en el que fue elegido el autor chileno Héctor Rivera Letelier, con una novela sobre el desierto de Atacama.

Vásquez se suma a una amplia lista de autores distinguidos con ese galardón, que se caracteriza por reconocer la calidad e innovación literaria y por la independencia del jurado para la selección del ganador.

Entre los escritores reconocidos con el premio Alfaguara destacan Elena Poniatowska (México), Laura Restrepo (Colombia), Eliseo Alberto (Cuba), Clara Sánchez y Manuel Vicent (España), y Tomás Eloy Martínez (Argentina).

El desplome de Colombia

El jurado destacó en esta ocasión que la novela elegida de un total de 608 manuscritos, crea un espacio propio habitado por personajes que acompañarán mucho tiempo al lector.

Asimismo, apunta que en El ruido de las cosas al caer se recrea la Colombia contemporánea y la trama narra el viaje de un hombre que busca en el pasado una explicación de su situación y la de su país.

En resumen, es una lectura conmovedora sobre el amor y la superación del miedo.

Juan Gabriel Vásquez, en videoconferencia desde Barcelona, explicó que el origen de la novela se remonta hasta su etapa de universitario, en la que solía visitar la casa de un poeta donde se reunían amantes de la poesía y de la literatura a escuchar versos en audífonos.

“Un día –dijo– se sentó un hombre maduro frente a mí y comenzó a llorar. Nunca he visto a nadie llorar así y siempre me quedó la duda de qué podía estar oyendo este hombre.”

Pero en la novela, según Vásquez, también hay una inmersión en la historia reciente de su país, en la que intenta desentrañar las razones por las que Colombia se desplomó. He tratado de explicar esos momentos en que el país cambió de manera radical para nosotros, explicó.

De hecho, la novela se inicia cuando el protagonista, Antonio Yammara, verbaliza un oscuro balance de una época de terror y violencia, en una Bogotá descrita como un territorio literario lleno de significados. El protagonista está constantemente temiendo que algo le va a pasar a las personas que él quiere.

Sin embargo, en la novela también hay cabida para episodios históricos recientes, como fue la “exótica fuga y posterior caza de un hipopótamo, que era a su vez el último vestigio del imposible zoológico con el que traficante Pablo Escobar Gaviria exhibía su poder.

En Colombia, muchos de los recursos del narcotráfico eran para comprar una cantidad inverosímil de animales, que para mi generación tuvo un punto mítico, entonces sentí que la cacería y la muerte de esos animales cerraba una etapa de mi vida en mi patria, señaló el escritor.

Buscar y vivir las tradiciones

El gran tema de la novela es cómo crecen los individuos durante los años en que el narcotráfico le declara la guerra al Estado colombiano. Es la historia de las personas que crecieron con miedo, al saber que podría tocarles en cualquier momento una bomba, explicó Juan Gabriel Vásquez.

El galardonado con el premio Alfaguara aseguró que Colombia ha sido una de sus obsesiones literarias, porque heredó del boom latinoamericano la idea de buscar y vivir las tradiciones.

En el certamen participaron 231 trabajos procedentes de España, 105 de Argentina, 99 de México, 46 de Colombia, 29 de Estados Unidos, 25 de Perú, 19 de Chile y 14 de Venezuela. También se recibieron textos desde Bolivia, Ecuador, Uruguay, República Dominicana y Paraguay.

El Premio Alfaguara de Novela está dotado de 175 mil dólares, una escultura de Martín Chirino y una campaña anual de promoción de venta de la obra ganadora en todos los países de habla hispana, además de Estados Unidos.

Con información de Fabiola Palapa, reportera