Rafael Aviña aborda en libro 50 años de historia del recinto
La Filmoteca de la UNAM preserva en imágenes la memoria de México
Miércoles 23 de marzo de 2011, p. 8
Resumir en un libro de 190 páginas medio siglo de historia de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es el mérito de Rafael Aviña, quien en entrevista con La Jornada expresó: “La obra –ya a la venta– está lejos de ser institucional, con loas para acá o para allá, más bien trata sobre ese recinto y de su importancia a escala nacional”.
Ese fue el propósito original, pero la investigación acabó siendo un libro sobre el cine en la universidad. Son importantes las imágenes que preserva la Filmoteca, porque son la memoria de un país, del mismo modo que lo puede ser la literatura
.
Fundada en 1960
La edición Filmoteca UNAM-50 años requirió de dos años de trabajo. “La institución se fundó en 1960, justo en el año en que Operadora de Teatros decidió vender sus salas al Estado, o sea, la cadena Alarcón… Gabriel Alarcón con la cadena de oro, los Jenkins… los Azcárraga.
“Cuando la televisión empezó a crecer, a ellos el cine ya no les interesó. Sin tener relación directa, a 50 años hoy la televisión es un medio con ideología ramplona, estúpida, banal, consumista, absurda, en tanto que la Filmoteca es el bastión que salvaguarda los valores culturales, la emoción cinéfila… una serie de cosas que se han ido perdiendo, incluyendo los valores históricos, sociales y morales.
“Las películas nos hablan del país que éramos y al que nos dirigimos. Esta preservación de las imágenes es muy interesante, porque si nos sumergiéramos en los archivos y viéramos los noticieros de los años 50 o 60, o las películas de ficción de esa época, podríamos darnos cuenta de que los engaños y desprecios de los políticos son los mismos que en la actualidad.
“Las mismas películas de ficción de Ismael Rodríguez hoy son documentales de la época. Podemos ver cómo ha cambiado la economía, la sociedad, la relación entre padres e hijos.
“No es lo mismo Una familia de tantas a Perras, que se estrenó recientemente.
Los festejos del centenario de la Revolución y del bicentenario de la Independencia no hubieran sido posibles si no existiera la Filmoteca, que resguarda más de siete horas de los hermanos Alva, que la dependencia de la UNAM restauró.
Aviña se sumergió en ese tesoro visual y halló más de 40 mil cintas, más de 150 mil fotografías cinematográficas, un número similar de programas de mano, entre fotomontajes y carteles. “Se han rescatado y restaurado películas memorables y rarísimas, como el caso del doble final de Los olvidados, y el final alternativo de ¡Vámonos con Pancho Villa! Otro caso es La mancha de sangre, que estaba perdida y censurada por un famoso desnudo; hace un año se presentó Muchachas de uniforme, la primera cinta en la que se aborda el lesbianismo.
“Hay un inédito: La mente y el crimen, de Alejandro Galindo, a quien ubicamos más bien por sus películas urbanas, pero en 1961 dirigió esa cinta que se halla entre la ficción y el documental. Está Tepeyac, de 1917-18, que es la primera en la que se trata el tema de la virgen de Guadalupe”.
Algo obvio es que las películas son únicas e irremplazables, porque no se pueden volver a filmar
, precisó.
Al inaugurarse la Filmoteca, a partir de la donación de Manuel Barbachano Ponce de Raíces, de Benito Alazrraki y Torero, de Carlos Velo, se consiguieron otras en la Lagunilla y con particulares; hubo donaciones de colecciones privadas clandestinas, en el caso de las porno.
“Había material con el que no sabían qué hacer. Poco a poco se fueron dando cuenta de que eran necesarias temperaturas y líquidos especiales para resguardar y proteger las películas que se van avinagrando y hay que limpiarlas. Hoy se cuenta con bóvedas para preservar filmes de nitrato o celuloide.
El material se comenzó a proteger científicamente a finales de los años 70, pero ya desde antes les proporcionaban cuidados especiales.
Numerosas anécdotas
Lamentó que quedaran fuera del libro muchas anécdotas, pero eso hubiera engrosado mucho el volumen. El material puede dar lugar a otra obra
.
La Filmoteca ha deambulado por diferentes sitios, como una casa en la calle de Filosofía y Letras, en Copilco; estuvo en el Auditorio Che Guevara; luego en las calles de Yucatán e Insurgentes, arriba de una gasolinería; en San Ildefonso, y ahora en dos sedes: en el Centro Cultural Universitario y en una casona ubicada en la privada de San Francisco Figuraco, casi esquina con Miguel Ángel de Quevedo. Se encuentra en construcción un edificio donde estarán varias dependencias de la UNAM, entre ellas la Filmoteca y el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos. Estiman que lo inaugurarán en septiembre.
Para este libro fue fundamental el impulso de Guadalupe Ferrer, actual directora general de Actividades Cinematográficas de la UNAM, dijo Rafael Aviña, quien también destacó el trabajo de edición y el balance tipográfico.