e les llama héroes con botines. Surgen muy de vez en cuando con una cualidad al parecer innata para jugar al futbol y ese talento los lleva a echarse casi siempre a equipos, selecciones y hasta países al hombro.

En nuestro balompié no abundan este tipo de jugadores, como sí sucede en Argentina y Brasil, por ejemplo. Y cuando surge alguno, los fanáticos lo idolatran, los anunciantes lo acaparan, las televisoras lo aprovechan para el rating y los directivos se frotan las manos al igualar el verde de la camiseta nacional con el de los dólares.

El Tri casi siempre ha adolecido de gol. Hace tiempo se pensó naturalizar a Cabinho, un artillero implacable. Después surgió Hugo Sánchez, grande con el Real Madrid, pequeño con la selección. Pero Chicharito se parece más a alguien como Enrique Borja.

Javier Hernández tiene carisma y goles. Anota con la boca, con la nuca, de taconcito, de cabeza, con la izquierda y la derecha. Anota casi de cualquier forma, como aquel ariete al que Fernando Marcos pedía no falles Borja, no falles. Y esa vez Borja no falló, como ahora nos está acostumbrado el delantero del Manchester United.

Chicharito marcó dos goles a un irreconocible Paraguay, como esperaban miles en el estadio de Oakland y millones a través de la pantalla. En el olvido quedó que, en el primer duelo de la era del Chepo de la Torre, el tapatío falló un penal y dos anotaciones cantadas. Al fin de cuentas, cosas de la edad y de la extraña inspiración de los goleadores de estirpe.

Llegó el nuevo héroe con botines, mientras su antecesor deambula en la liga de ascenso. Lejos de los reflectores que un tiempo lo asediaron, Cuauhtémoc Blanco también marcó dos goles el sábado y tiene en la cima al Irapuato, en los últimos polvos de aquellos lodos que llevaron al Tri a los Mundiales 2002 y 2010.

El partido ante los extrañamente endebles guaraníes también sirvió para mostrar que Guillermo Ochoa está en el tercer lugar de la lista del Chepo, debajo de Jesús Corona –al que ya se dejó de confundir con su primo– y de Alfredo Talavera, quien mostró hechuras a pesar de su pifia en el gol.

De la Torre tiene elementos para suplir al veterano capitán Rafael Márquez, festejado con su playera 100 por todas las canchas recorridas, pero le será difícil encontrar a un orquestador como Sinha, quien también ya anda dando sus últimos toques de calidad y difícilmente llegará a 2014.

Por su parte, el América sin merecerlo se encontró dos veces con el marcador en favor, pero perdió 2-3 ante el Fluminense. A su regreso, Carlos Reinoso pidió a los aficionados mediante Twitter que le sugirieran el once titular de las Águilas. El chileno se muestra como un técnico modernista, ya que también utiliza el iPad para mostrar la táctica a sus pupilos.

Y en esto de la tecnología aplicada al futbol, las Águilas emulan a los Murciélagos del Deportivo Guamúchil, de la segunda división, que permite a sus aficionados, vía Internet o SMS, sugerir alineaciones, cambios durante los partidos y tácticas a utilizar.

El problema es que este América tiene futbolistas tan modestos, que los aficionados difícilmente podrían darle opciones a Reinoso, de no ser porque se decida de una vez por los jóvenes canteranos y así evitar más vergüenzas.

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