Bruselas, 31 de marzo. Al asumir el mando de las operaciones militares contra Libia, que incluye un embargo de armas al gobierno de Muammar Kadafi, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) afirmó que la resolución 1973 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) tiene diferentes interpretaciones y que no está claro que viole el mandato.

La alianza atlántica, que desde hace una semana inició el proceso de transferencia del mando de parte de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, tomó el mando de la operación Protector Unificado en la madrugada de este jueves y emitió poco después una advertencia a Kadafi para sea prudente y no ataque a los civiles.

Sin embargo, la alianza occidental fue acusada más tarde por el nuncio apostólico en Trípoli, Innocenzo Martinelli, de haber matado a por lo menos 40 civiles durante los bombardeos aéreos que iniciaron el 19 de marzo.

Los denominados ataques humanitarios han matado a decenas de civiles en algunos barrios de Trípoli, donde un edificio de viviendas se derrumbó, dijo Martinelli. Según un despacho de Reuters, las autoridades libias han llevado a periodistas extranjeros a los sitios bombardeados, pero las evidencias de víctimas no han sido concluyentes.

La denuncia de Martinelli obligó a la OTAN a ofrecer una investigación con los militares que forman la cadena de mando para tratar de corroborarla.

Infiltración estadunidense

Pese a la indefinición de la OTAN sobre el tema de las armas, el gobierno estadunidense ya comenzó a operar dentro de Libia, según revelaciones hechas hoy por los diarios The Washington Post y The New York Times.

El presidente Barack Obama autorizó hace unas semanas una directiva secreta que permitió a la Agencia Central de Inteligencia recabar información en territorio libio, para facilitar la ofensiva de su coalición militar.

También decenas de fuerzas especiales del ejército y espías británicos de la agencia MI6 han operado en Libia reuniendo información necesaria para la ejecución de los ataques aéreos.

Esta revelación coincide con el hecho de que al principio de las protestas libias en Bengasi, en febrero, Londres envió aviones militares para rescatar a ciudadanos británicos y de otras nacionalidades en el desierto de la región este de Libia, informó en esos días el Ministerio de Defensa. En esas fechas se supo de la presencia de militares británicos en la zona del levantamiento.

Paralelamente en Washington, el jefe del estado mayor de las fuerzas armadas estadunidenses, Mike Mullen, reconoció que a pesar de los cientos de misiles lanzados sobre posiciones gubernamentales libias, la operación Odisea Amanecer no logró poner al ejército de Trípoli al borde de la ruptura desde un punto de vista militar, porque simplemente no es el caso.

Cerca de mil misiones de bombardeo aéreo fueron realizadas por Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña y unos 200 misiles fueron lanzados sobre Libia durante la operación que finalmente concluyó este jueves, al relevar la OTAN el mando.

Mullen dijo que por ahora hemos realmente degradado seriamente sus capacidades militares. Hemos desgastado sus fuerzas totales a un nivel de 20 o 25 por ciento.

En tanto, en Nueva York, los embajadores de Dominica, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, Cuba, Antigua y Barbuda, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Camboya, Indonesia, Mali, Guinea Ecuatorial y Vietnam pidieron al Consejo de Seguridad de la ONU que busque los medios para declarar un cese el fuego en Libia y avanzar hacia la solución del conflicto bélico.