Madrid, 31 de marzo. Intelectuales y políticos de diversos países, entre ellos el lingüista estadunidense Noam Chomsky; el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pablo González Casanova; la senadora Rosario Ibarra de Piedra y el escritor Paco Ignacio Taibo II reclamaron la legalización de la izquierda abertzale (nacionalista).

Desde 2003, cuando se aprobó la polémica Ley Orgánica de Partidos Políticos impulsada por el gobierno de entonces, el derechista José María Aznar, alrededor de diez por ciento del electorado vasco –más de 200 mil personas– se quedó sin representación política en las instituciones tras la ilegalización de más de una docena de formaciones políticas, asociaciones civiles, plataformas electorales y organizaciones juveniles, a las que Marid consideró vinculadas con la organización armada vasca ETA.

El Tribunal Supremo de España rechazó el pasado 23 de marzo la inscripción de la coalición abertzale Sortu como partido político, a pesar de que era la primera vez que la izquierda nacionalista vasca incluyó en los estatutos de su partido un rechazo nítido de la violencia en general y de la violencia de ETA en particular.

Tras este fallo, que por primera vez no suscitó la unanimidad en el órgano judicial –integrado por 16 magistrados–, diversas personalidades firmaron un manifiesto en el que expresan su apoyo a la legalización de esta formación política y su confianza en que hay una nueva oportunidad para solucionar el histórico conflicto del País Vasco.

El manifiesto, que se puede consultar en: www.ezkerabertzalea.info/irakurri.php?id=7184, señala: “desde nuestro compromiso con el derecho básico de participación política siempre nos hemos opuesto a las leyes que buscan limitar y coartar la misma. Es el caso de la ley de partidos políticos española diseñada con el único objetivo de excluir a la izquierda abertzale de la vida política. Algo que claramente se ha mostrado imposible”.

Los firmantes, entre quienes figuran el ex candidato presidencial mexicano Cuauhtémoc Cárdenas; Enrique González Ruiz, miembro de la Comisión de Mediación entre el EPR y el gobierno mexicano, y Miguel Álvarez, director de Servicios para la Paz, se refieren a la ley de partidos políticos aprobada en 2003, con los apoyos parlamentarios del derechista Partido Popular (PP) y del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que acordaron crear este mecanismo para proscribir a Batasuna, la entonces coalición de la izquierda abertzale acusada por Madrid de ser brazo político de ETA.

En el articulado de la ley se exigió, por primera vez en la historia, que los partidos políticos tenían que condenar o rechazar de forma expresa la violencia. Tras un largo proceso, la ley fue aprobada y refrendada tanto por el Tribunal Constitucional –en teoría el órgano más garantista del Estado español– como por el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, que avaló con una sentencia la proscripción de Batasuna.

Los intelectuales y políticos que apoyan ahora la legalización de la formación vasca proceden de Argentina, Bolivia, Francia, Italia, Alemania, República Dominicana, Palestina, Córcega, Suiza, Bélgica, Reino Unido y el Estado español.

En el manifiesto advierten que “recientemente y tras un intenso debate la izquierda abertzale ha vuelto a demostrar con la ponencia Zutik Euskal Herria su voluntad y vocación de superar el conflicto político vasco por vías exclusivamente políticas y democráticas, mostrando además su voluntad de constituir una formación política que cumplimentando la citada legislación trabaje por la consecución de la paz y el desarrollo de un proyecto legítimo, tal y como es el independentista y socialista vasco”.

Los firmantes, entre ellos la abogada mexicana de derechos humanos, Pilar Noriega, la doctora en medicina social, Catalina Eibenschutz, el cineasta Paul Leduc y el académico estadunidense James Petras, se refieren al largo y amplio debate y consulta que llevó a cabo la izquierda abertzale desde 2008 hasta el pasado enero, cuando finalmente se aprobó un cambio de estrategia en el que por primera vez se rechazó con nitidez y sin ambages la violencia de ETA y se negó cualquier tipo de estrategia política que se base en la extorsión y en la violencia. Este giro fue apoyado por más de 90 por ciento de los militantes activos de la izquierda abertzale que participaron en la consulta, que fueron algo más de nueve mil y cuyas votaciones y sesiones las tuvieron que llevar a cabo en la semiclandestinidad por la proscripción dictada por la justicia española. El resultado de la votación supone, según sus impulsores, un cambio histórico que además es de obligado cumplimiento para ETA, que mantiene desde enero pasado un alto el fuego general, verificable y permanente.

En el manifiesto, el dramaturgo español Alfonso Sastre, y el periodista y escritor español Antonio Alvarez Solís, añaden que “saludamos esta nueva iniciativa de la izquierda abertzale y su clara voluntad de superar de una vez por todo el largo conflicto vasco. En esta vía compartimos que la configuración de una fuerza política legal que represente a aquellos que en el País Vasco abogan por la independencia y el socialismo es no sólo justo sino necesario”. Por lo que exigen a “los poderes públicos españoles el final de la discriminación política a la que es sometida la izquierda abertzale y que se acabe con el abuso legal al que se le somete”.

Desde que Batasuna fue apartada de las instituciones en 2003, varias han sido las siglas proscritas y apartadas de los cargos de representación pública, entre ellas Euskal Herritarrok, Acción Nacional Vasca, el Partido Comunista de las Tierras Vascas, Gestoras Pro Amnistía y diversas organizaciones y medios de comunicación afines a la izquierda separatista radical vasca.

Por esto, los firmantes del manifiesto, entre quienes también están el politólogo argentino Atilio Borón y el escritor argentino Miguel Bonasso, añaden que “si nunca ha habido razones que motivasen la ilegalización de una fuerza política, el retorcer la legislación hasta límites insospechados con el objetivo de mantener esta situación además de antidemocrático es contrario a los anhelos de paz de la mayoría de la ciudadanía. Así pues, exigimos la legalización de la izquierda abertzale”.

Entre los firmantes se encuentran destacados políticos y pensadores como el gallego Xose Manuel Beiras, quien fue el máximo líder del Bloque Nacionalista Gallego, Carlos Taibo, Michel Collon, Ulla Jelpke, Carlo Frabetti, Carlos Fazio, Gilberto López y Rivas, John y Sara Catallinoto, Diego Osorno y Khalida Jarrar, entre otros.

El manifiesto se suma así a las expresiones de rechazo que ha suscitado al interior del País Vasco el fallo del Tribunal Supremo respecto de Sortu, pero sobre todo a las críticas a los dos principales partidos políticos españoles –PP y PSOE– y al gobierno por su abierto rechazo a legalizar a la izquierda abertzale, que permitiría avanzar en el proceso de paz en ciernes.