A pesar de que el Distrito Federal tiene la tasa más alta de asistencia escolar en comparación con el resto de las entidades del país, 96.4 por ciento de un millón 189 mil 62 niños y adolescentes de entre 6 y 14 años que viven en la ciudad, alrededor de 35 mil 672 no van a la escuela, según datos del Censo de Población y Vivienda 2010.

El documento con los resultados definitivos para el Distrito Federal presentado en la Asamblea Legislativa detalla que las delegaciones con la mayor tasa de inasistencia escolar en primaria y secundaria son Milpa Alta con 859 menores en esta situación, Iztapalapa con nueve mil 349, y Cuauhtémoc con mil 964.

Milpa Alta e Iztapalapa también están colocadas como las demarcaciones con el nivel más bajo de escolaridad de sus habitantes mayores de 15 años.

En contraparte, la delegación que tiene la menor cantidad de niños y adolescentes fuera de las aulas es Benito Juárez, con 783. Esta demarcación, inclusive, se ubica en el primer lugar a nivel nacional en promedio de escolaridad en la población con 15 años y más, seguidas de Miguel Hidalgo y Coyoacán.

Respecto a la situación que prevalece sobre el nivel prescolar, los resultados del censo arrojan que en el Distrito Federal, de cada 100 niños en el rango de 3 a 5 años, 62 asisten a la escuela. Aún así, se coloca por encima de la media nacional, pues de cada 100 sólo 52 menores acuden a un centro escolar.

De acuerdo con el censo, la ciudad de México presenta una tasa de analfabetismo de 2.1 por ciento entre su población de 15 años y más, que la coloca como una de las entidades con menor población que no sabe leer ni escribir.

En total se identificaron a 140 mil 199 analfabetas, de los cuales 71.2 por ciento son mujeres, y el resto, hombres. Por grupos de edad, alrededor de 79 mil capitalinos analfabetas tienen más de 60 años, 30 mil de 45 a 59 años, 20 mil de 30 a 44 años, y once mil de 15 a 29 años de edad.

Consultado al respecto, el presidente de la Comisión de Población y Desarrollo de la Asamblea Legislativa, Mauricio Tabe, consideró que estos datos deben obligar a construir políticas públicas con base en la realidad que se vive y no en ocurrencias de índole electoral.

Indicó que el caso de los niños sin escuela debe tratarse de manera apremiante.