Lima, 28 de abril. El presidente Felipe Calderón demandó fortalecer las instituciones, porque su debilidad es una fisura por la que entra la criminalidad que como nunca amenaza la democracia.

Por eso prometió que México seguirá luchando por hacer de América una tierra de libertades, de respeto a la ley y a los derechos humanos, aunque haya que derribar mitos y tabúes para fomentar la cultura de la legalidad. No hay alternativa, explicó ante los ministros de la Suprema Corte de Perú. Antes, el presidente de este poder, César San Martín Castro, le pidió que no se arredre y siga adelante, porque su lucha, preñada de sangre y sacrificio, representa un avance civilizatorio.

Con los ministros de la Corte hizo una amplia defensa de su lucha contra la delincuencia, con el argumento de que en México todavía está pendiente derrotar la cultura de la complicidad, de la corrupción y de la impunidad.

Debe dejarse atrás una cultura donde el cumplimiento de la ley se negocia permanentemente y donde, incluso, quien sacaba ventaja no sólo no era castigado por no acatar las normas, sino considerado como más hábil, o más astuto, lo que ha sucedido tanto con grandes negocios o contratos como en sanciones penales menores por robo, afirmó Calderón.

En su intento por justificar su estrategia antidelincuencia, expuso que el crimen organizado trasnacional ha acumulado poder económico y de fuego con el que pretende corromper instituciones, amedrentar a las autoridades legítimas y a los ciudadanos.

Prometió que seguirá trabajando por desterrar el pesado lastre de la cultura de la impunidad e ilegalidad en México.