Acuerdan intensificar la lucha antidrogas y plena cooperación; concluye cita en Washington
Se evadió aclarar dudas sobre la estrategia antinarcóticos planteadas por políticos estadunidenses
Sábado 30 de abril de 2011, p. 5
Washington, 29 de abril. Los encargados de seguridad pública, altos mandos militares y de inteligencia de los gobiernos de México y Estados Unidos efectuaron su tercera reunión binacional de alto nivel
, y reiteraron la línea oficial de mutuo respeto y plena cooperación, pero en una coyuntura más bien marcada por brotes de tensión entre ambos gobiernos, así como el cada vez mayor cuestionamiento a la estrategia antinarcóticos en ámbitos políticos y en medios de información en este país.
El encuentro es parte del proceso de la Iniciativa Mérida para el seguimiento y evaluación de las acciones de cooperación bilateral en la lucha antinarcóticos y el crimen organizado.
La jefa de la diplomacia estadunidense, Hillary Clinton, y la canciller mexicana, Patricia Espinosa, encabezaron las delegaciones del grupo de alto nivel
sobre la Iniciativa Mérida que se reunieron durante tres horas en el Departamento de Estado. Ambas cancilleres iniciaron con palabras amables y predecibles, elogiaron la cooperación bilateral y su amistad personal. Clinton expresó su agradecimiento al gobierno mexicano por el trabajo muy importante que estamos haciendo juntos entre nuestros dos países y por el liderazgo de México sobre temas regionales y globales
. Espinosa subrayó que sólo trabajando de manera conjunta podremos enfrentar los desafíos
en el rubro de seguridad.
Pero es difícil ocultar los hechos recientes que revelaron y causaron tensiones y desacuerdos serios. El simple hecho de que en la sala de reuniones estuviera sentado el embajador Carlos Pascual, quien se vio obligado a renunciar a la sede estadunidense en México en marzo, luego que el presidente Felipe Calderón expresó públicamente su desconfianza en el desempeño del diplomático, era prueba de que la relación no es del todo amistosa. Según fuentes diplomáticas aquí, ese episodio disgustó en altas esferas del Departamento de Estado, donde se celebró la reunión de hoy.
A la vez, las filtraciones de los cables estadunidenses divulgados por Wikileaks y publicados en La Jornada registran las críticas, dudas y preocupaciones del equipo de Clinton sobre las capacidades del gobierno de Calderón, incluyendo la de varios de los asistentes al encuentro de hoy, por ejemplo los secretarios de Defensa y de Seguridad Pública. Por supuesto, eso no fue abordado en las declaraciones de este viernes, pero sí ponen en duda que la cooperación
sea tal como es representada en la versión oficial.
Por otra parte, revelaciones recientes acerca de la operación Rápido y furioso, por la que el gobierno estadunidense permitió la venta y exportación de armas a organizaciones criminales en México como parte de un operativo clandestino sin consultar –y menos cooperar– con México, reflejan otra vertiente de tensión y desconfianza entre ambos gobiernos.
Posiblemente todo esto explicó el hermetismo de los asistentes sobre la reunión de hoy, salvo un comunicado conjunto
(véase: www.sre.gob.mx/csocial/contenido/comunicados/2011/abr/cp_133.html) emitido por ambos gobiernos y unas brevísimas palabras de los altos funcionarios estadunidenses, como el secretario de Defensa saliente, Robert Gates, el procurador general, Eric Holder, y el almirante Mike Mullen, jefe del estado mayor, quienes al salir se limitaron a decir a periodistas que fue una reunión muy buena
.
El encuentro ha ocurrido en una coyuntura en que la violencia en México ha generado creciente alarma en circuitos políticos y mediáticos en Estados Unidos. En las últimas semanas se han celebrado múltiples audiencias en el Congreso estadunidense, donde, después de elogiar y reconocer la valentía
y compromiso del gobierno de Calderón en la lucha contra organizaciones criminales, legisladores expresaron, una vez más, sus preocupaciones por el grado de violencia en México, incluyendo si el país vecino estaba al borde de ser un Estado fallido
.
Mientras, los medios masivos estadunidenses difunden los casos de violencia y brutalidad en México. Entre lo más reciente, las fosas comunes en San Fernando, y reportan –como hizo The Washington Post– que estos hechos generan dudas sobre las afirmaciones de Calderón de que su estrategia está teniendo éxito.
Legisladores y organizaciones de derechos humanos también continúan criticando los abusos de derechos humanos cometidos bajo la estrategia antinarcóticos, y sobre todo la impunidad de las fuerzas de seguridad pública en México.
La decisión de no abordar ni hacer referencia a estas preocupaciones y polémicas por los representantes de ambos gobiernos, y el que no se reportara ningún logro concreto en esta reunión, más allá de evaluar y continuar profundizando
la cooperación en torno a la Iniciativa Mérida, no resolvió las interrogantes que circulan aquí sobre la estrategia antinarcóticos de responsabilidad compartida
que promueven ambos gobiernos.
Objetivos conocidos
El comunicado conjunto emitido tras el encuentro afirma que el grupo de alto nivel se reunió por tercera ocasión para continuar profundizando y haciendo más efectivos nuestros esfuerzos coordinados contra las organizaciones criminales trasnacionales y para fortalecer los marcos institucionales y legales
. Reiteró que se enfocó en las cuatro áreas de cooperación de la Iniciativa Mérida, que incluyen desmantelar las organizaciones criminales en ambos países, el fortalecimiento de instituciones de seguridad pública, el desarrollo de una frontera del siglo XXI
, y la construcción de comunidades fuertes y resistentes
. Informó que esta reunión promovió un mayor enfoque sobre el fortalecimiento institucional y el desarrollo de capacidades
, y enumeró una serie de acciones que ya se habían dado a conocer anteriormente bajo los objetivos de la Iniciativa Mérida. Hasta donde revela el comunicado, no se presentó ningún proyecto o acuerdo nuevo.
Además de la canciller Espinosa, la delegación mexicana estuvo integrada por los secretarios de Gobernación, José Francisco Blake Mora; de Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván; de Marina, almirante Mariano Francisco Saynez Mendoza; de Seguridad Pública, Genaro García Luna; la procuradora general, Marisela Morales Ibáñez; el director general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Guillermo Valdés Castellanos, así como por altos funcionarios de Hacienda y el embajador de México en Estados Unidos, Arturo Sarukhán.
Del lado estadunidense, ademas de Hillary Clinton, Gates, Holder, Mullen y Pascual, acudieron la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano; el asesor del presidente para Seguridad Interior, John Brennan; el director nacional de inteligencia, James Clapper; el zar antinarcóticos, Gil Kerlikowke, y varios subsecretarios y directores de agencias.