Afectarán principalmente a los países más pobres y a las zonas urbanas, advierte estudio
Se prevé que las tasas suban más de 5%
La pérdida de competitividad, riesgo para México
Martes 3 de mayo de 2011, p. 28
Washington, 2 de mayo. El aumento en los precios internacionales de alimentos este año podría acelerar la inflación en varios países de América Latina y el Caribe, por lo que destaca la necesidad de contar con políticas para proteger a los pobres de las áreas urbanas, señaló el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Las fuertes alzas en los precios de los alimentos afectarán principalmente a los países más pobres de América Latina, donde las tasas de inflación se elevarán más de cinco puntos porcentuales este año, según el reporte.
El BID indicó que en algunos países con sistemas de tasas de cambio flexibles, como Brasil, Colombia y México, las monedas tienden a apreciarse en respuesta al alza de los precios de los alimentos, y como resultado de ello se amortigua el impacto sobre los precios internos.
De acuerdo con el informe, los países más impactados son aquellos en que los alimentos representan gran parte de su canasta de precios y que tienen poca o nula flexibilidad de tipo de cambio como para recurrir a ella. Entre estas naciones se encuentran Bolivia, República Dominicana, Guatemala y Honduras.
Los países con tipos de cambio flexibles como Brasil, Colombia y Uruguay son capaces de enfrentar mejor la volatilidad de los precios de los alimentos, ya que pueden permitir que sus monedas se aprecien y elevar sus tasas de interés, indicó el reporte.
Brasil y otras grandes economías de la región ya están luchando contra la apreciación de sus monedas, ocasionada por un aumento en los flujos de capital privado que buscan mayor rentabilidad ante las bajas tasas de interés de economías avanzadas como Estados Unidos. La presión agregada de los altos precios de los alimentos en Brasil y otros países es un desafío para las autoridades monetarias.
La pérdida de competitividad es un riesgo para Brasil, Colombia y México, que parecen absorber los impactos de los precios internacionales de las materias primas mediante grandes y permanentes apreciaciones del tipo de cambio
, indicó el reporte.
Las fuertes alzas en los precios del azúcar, trigo y maíz contribuyeron a que los precios internacionales de los alimentos tocaran niveles récord en enero y febrero, apenas tres años después de la última crisis de estos costos.
El alza de los alimentos es un problema, especialmente para los más pobres, ya que estudios demuestran que gran parte de su ingreso disponible se destina a comprar comida, por lo que una reducción aumenta el hambre y la desnutrición.
Entre las razones de la subida de precios se cuenta la mayor demanda de grandes economías emergentes, como China; el aumento del uso del maíz para producir etanol en Estados Unidos y un crecimiento más lento de la producción agrícola.
Los vetos a la exportación, los controles de precios y el acaparamiento de comida en algunos países también han distorsionado los mercados alimentarios globales, indicó el reporte, el cual desmintió a quienes culpan a los especuladores por el alza.
Los economistas del BID notaron que si los precios de los alimentos se mantienen en sus máximos actuales, países como Bolivia, República Dominicana y Honduras deberían sufrir las alzas más importantes de sus índices inflacionarios, con más de cinco puntos porcentuales este año.
El reporte destacó a Guatemala como caso preocupante
, ya que la flexibilidad de su tipo de cambio no parece evitar que los precios internacionales se transmitan a los valores locales y a la inflación general, indicó.
Recalcó además que la inflación no alimentaria también podría trepar en países como República Dominicana y Guatemala. En tanto, se esperan aceleraciones inflacionarias de entre 2 y 5 por ciento en Bahamas, Panamá y Perú. Brasil, México y Colombia deberían ver incrementos en sus indicadores de precios de no más de un punto porcentual, indicó el reporte del BID.
En el Caribe y gran parte de la región centroamericana, los países tienen un tipo de cambio fijo o muy poco flexible, por lo que sentirán los efectos del alza en los precios internacionales de los alimentos, indicó el documento.
En los países más pobres de Centroamérica, la comida tiene uno de los mayores pesos en la canasta de consumo, y los desposeídos que viven en ciudades son los que están en mayor riesgo, agregó el estudio.
Por lo tanto es necesario incrementar la ayuda a esos grupos y mejorar su focalización, quizá mediante esquemas reformados de transferencia condicionada de dinero, para compensar el efecto del aumento en el precio de los alimentos
, declaró la institución.
El BID detalló que los pobres del área urbana están en mayor riesgo ante la crisis de los precios de alimentos. Sobre el efecto inflacionario del shock de precios de los alimentos en América Latina, definió: Se necesita incrementar y mejorar la focalización de la ayuda, quizás a través de reformar los regímenes de transferencias monetarias condicionadas con estos grupos para compensar el efecto del aumento de precios de los alimentos
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