Las cifras sobre la supuesta mejora en el nivel de vida de la población de menores ingresos en los recientes diez años, expuestas hace unos días por el presidente Felipe Calderón y el titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), Jesús Heriberto Félix Guerra, sólo muestran la faceta que al gobierno le interesa destacar, pero no reflejan verdaderamente avances o retrocesos en el combate a la pobreza.

Ximena Maroto, coordinadora del Observatorio de Política Social y Derechos Humanos, de la organización Incide Social, señaló lo anterior y agregó que los datos presentados por el gobierno federal –obtenidos del Censo General 2010– no se interpretaron en un contexto más amplio, por lo que únicamente sirven para ocultar la situación económica de los sectores más desfavorecidos.

Aunque la información que Sedeso ha destacado con respecto a salud, educación, vivienda, drenaje, agua potable y pisos de cemento no es necesariamente falsa –dijo–, sí ha sido seleccionada a propósito con un criterio muy limitado, para dar la impresión de que –como dijo Félix Guerra– los pobres tienen mejores condiciones de vida ahora que hace una década.

En el tema del agua, por ejemplo, sí ha habido un incremento en el número de hogares con agua entubada, pero lo que no se dice es que muchos de ellos no tienen acceso a ese líquido todos los días, sino sólo unas cuantas horas, señaló.

El acceso a la vivienda propia es otro indicador que la Sedeso y el Presidente omitieron, pues de acuerdo con los resultados del censo publicado hace un año, las cifras bajaron de 78.3 a 76.4 por ciento, lo cual habla de un mayor nivel de precariedad, agregó.

Sólo expusieron datos que reflejan lo que a ellos les conviene en este momento. Si hablamos de los Desca (derechos económicos, sociales, culturales y ambientales), en general diría que no se cumplen. Hay muchas políticas paliativas, pero eso no quiere decir que los servicios a los que tiene acceso la gente sean de calidad, indicó.

Por desgracia, “la mayoría de la gente se entera de las noticias a través de la televisión, y si el Presidente dice que los niveles de bienestar han mejorado, es muy difícil que se metan a verificar las cifras en el Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía).

Es una forma de mentir diciendo la verdad, y puede tener fines electorales, lamentó ximena Maroto.