La situación se agrava por un aumento de las tensiones xenófobas
Domingo 15 de mayo de 2011, p. 29
Atenas, 14 de mayo. Grecia, que trata desesperadamente de encontrar una solución al problema de su enorme deuda, ahora debe contener la ira de la población, agravada por un aumento de las tensiones xenófobas que tienen por telón de fondo la crisis social.
Un militante de izquierda de 31 años de edad seguía este fin de semana hospitalizado en Atenas en estado grave, víctima de la brutalidad policial el miércoles pasado, durante una manifestación contra la política de austeridad.
La violencia se produce en un contexto social degradado por la profunda recesión que afecta el país por tercer año consecutivo.
Pese a la buena noticia anunciada el viernes de que la economía creció en los tres primeros meses del año 0.8 por ciento, por primera vez en nueve trimestres consecutivos, la crisis económica sigue siendo profunda.
Las draconianas medidas de restricción presupuestaria y el aumento de los impuestos destinados a demostrar a los países acreedores que Grecia es capaz de administrarse y evitar una restructuración de la deuda, que alcanzará 152 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país a finales de año, no han hecho más que agravarla.
Guerra de los pobres
Esas medidas se traducen en un rápido aumento del desempleo, que en febrero se elevó a 15.9 por ciento, frente a 12.1 por ciento del año anterior.
La crisis coincide con un aumento de la violencia xenófoba en los barrios populares del centro de Atenas, transformados en verdaderos guetos a raíz del intenso flujo migratorio que registra el país, convertido en principal puerta de entrada de la inmigración ilegal en la Unión Europea.
Según una previsión de Médicos del Mundo, unos 30 mil emigrantes irregulares y en tránsito viven en esos barrios, donde conviven con toxicómanos y prostitutas y sufren las agresiones de milicias del grupúsculo neonazi Alba de Oro.
La policía parece estar sumamente presente y bien equipada en el centro de la capital griega, donde se realizan casi diariamente manifestaciones contra la austeridad.
Las estadísticas sobre la criminalidad aumentan vertiginosamente desde principios de año, señala Theodoro Papatheodorou, profesor de política criminal y presidente de la Universidad del Peloponeso.
Hay un aumento de la ira social en Grecia
, afirma, agregando que teme la instauración de una especie de guerra de los pobres
en los barrios desfavorecidos.
En su opinión, esa evolución es menos evidente en las manifestaciones que en el marco de la vida cotidiana de las grandes ciudades
.
Y en efecto, un robo de una cámara de video costó la vida esta semana a un hombre, al que los ladrones apuñalaron cuando se disponía a subir a su automóvil para llevar a su esposa a la maternidad.
Al día siguiente del crimen y en el mismo barrio un bangladeshí de 21 años fue asesinado a puñaladas por dos motociclistas. La policía no descarta que se trate de un crimen racista.
Según Médicos del Mundo, hubo en los últimos meses en Atenas al menos otras tres muertes de personas que se presumía eran emigrantes.
Todo ello no revela un problema de criminalidad, sino más bien un síntoma de la conjunción de problemas sociales, económicos y políticos de Grecia
, considera Papatheodorou.
En ese contexto, dos manifestaciones radicales tuvieron lugar el jueves en Atenas. Una de ellas, organizada por los movimientos anarquistas y de extrema izquierda tenía por objetivo denunciar al gobierno asesino
y la violencia de la policía. La otra, de extrema derecha, reclamaba la expulsión de los emigrantes y terminó con una caza de extranjeros que causó 15 heridos.
FMI y Europa piden más austeridad
Mientras tanto, el gobierno, presionado por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), reconoció que prepara un robusto plan de privatizaciones de servicios públicos como energía eléctrica y agua potable.
La prensa griega publicó que dichos organismos también solicitan más medidas de austeridad y nuevos impuestos al consumo, como refrescos y un aumento al consumo especial, a cambio de otro desembolso como parte del préstamo financiero al país y un crédito extra.