Morelia, Mich., 15 de mayo. Como una maldición mantiene Cruz Azul su fatídico destino en las liguillas y Enrique Meza quedó al borde del cese, luego de que Morelia, de la mano de un inspirado Rafael Márquez –quien anotó a los minutos ocho y 11–, le arrebató el boleto y el sueño tras imponerse 3-0 (global 3-2) y ubicarse en la final, que disputarán por primera vez el cuadro michoacano y Pumas.

Luego del tercer gol de Monarcas, anotado al minuto 87 por Jaime Lozano, llegaron las provocaciones. Primero el técnico local, Tomás Boy, se burló de su homólogo Ojitos Meza, y luego un aficionado se metió al campo, agredió de palabra a Gerardo Torrado y exacerbado Christian Giménez le propinó una patada voladora.

Entonces se armó una batalla campal, en la que los mismos que intentaban apaciguar los ánimos aprovecharon descuidos para propinar puñetazos y otros golpes, como lo hizo José de Jesús Corona, al dar un fulminante cabezazo a un utilero del Morelia, quien también ya había agredido.

Monarcas saltó al terreno de juego con el cuchillo entre los dientes, con tal furia y determinación que arrasó a un timorato Cruz Azul que desde el minuto dos estuvo envuelto en un vendaval, desde el momento que Márquez Lugo puso un servicio desde la derecha a Lozano, quien remató con la cabeza, pero el esférico se fue a un costado del marco defendido por Corona.

Era demasiado lo que había en juego y el cuadro michoacano, sabedor de las dolencias lumbares de Emanuel Villa, provocó su baja con un jalón de hombro que le propinó Kalú Gastélum; el argentino debió recibir asistencia médica, pero no quedó bien.

El Tito acababa de regresar a la cancha, cuando Manuel Pérez dio un gran servicio en tiro de castigo a Márquez, quien aprovechó el pasmo de Gonzalo Pineda y remató con cabezazo picado, que entró a la izquierda del portero celeste.

Ni con el primer gol en contra despertaron los Cementeros. Morelia fue amo del accionar y Aldo Leao puso un buen servicio para Márquez, quien encaró a Corona, le bombeó el esférico y clavó el 2-0 que devolvió al cuadro local el boleto a la gran final por el título, mientras la locura se extendía por el estadio Morelos.

La rispidez afloró. Gerardo Torrado cruzó golpes con Leao y fue amonestado al minuto 27, mientras el Ojitos Meza, con el rostro endurecido y las mandíbulas apretadas, decidió un par de cambios al minuto 38: sacó a Pineda y metió a Javier Chuletita Orozco, y también salió el lesionado Villa, para dejar su lugar a Isaac Romo.

Casi al final del partido Orozco consiguió un gran remate con firma de gol, pero el ex cementero Joel Huiqui hizo una oportuna barrida para evitar la anotación.

En el contragolpe Miguel Sabah, quien ingresó de cambio al minuto 76, dio pase exacto para que otro ex celeste, Lozano, clavara el 3-0. Luego de la gresca el silbante Francisco Chacón expulsó a Giménez, Isaac Romo y Sabah.

En la reunión con los medios de comunicación, el técnico Enrique Meza se dijo avergonzado por el comportamiento de los jugadores de Cruz Azul, al apuntar: No podemos comportarnos como bandoleros, como gente que no es deportista. ¿Y por qué se produjo?: no lo sé, pero me avergüenza.

Luego de comentar que “un equipo como La Máquina no puede andar haciendo esos papelazos”, fue categórico al asegurar que tampoco podemos andar a los enojos por una derrota.