Con fecha 15 de mayo, Maribel Mejía Zepeda presentó su renuncia a la dirección territorial Aculco, en Iztapalapa. En la misiva, que dirige a Clara Brugada, expone el “boicot” en su contra, la falta de apoyo, además del excesivo control que se ejerce desde la jefatura delegacional para crear un gobierno “personalista e individualista”, y convertir las direcciones territoriales en “meras piezas de ornato que le dijeran sí a todas sus ocurrencias”.

En el documento, Mejía Zepeda expone, sin mencionar los nombres, que los tres subdirectores de la territorial “sabotearon” su trabajo, lo cual fue alentado por la propia jefa delegacional, pese a que se han caracterizado por la “improvisación, el desinterés y la corrupción”.

De acuerdo con los datos que aparecen en la página de Internet de la delegación Iztapalapa en la territorial Aculco, los subdirectores son: Saúl Olivares Báez, de jurídico y gobierno, Ángel Flores Patricio, de servicios de mantenimiento urbano, y Guadalupe Licibeth Gutiérrez Salazar, de desarrollo social y territorial.

Zepeda expone en la misisva que la asignación de cargos se dio por grupos políticos y aliados que “cuidan los frentes políticos, no obstante que ello implique traicionar los valores de la izquierda”.

Aseguró que se limitó la acción de los directores, a quienes se eliminó hasta de los eventos oficiales, porque los únicos “que a usted le interesa son los que convoca para su lucimiento personal, con escenarios fastuosos, gastos ostentosos, cuyo único fin es demostrar la fuerza clientelar y facciosa que está acumulando para sus intereses personales”.

Al final le informa que también dimitieron ocho funcionarios.