En Ciudad Juárez estaban establecidas alrededor de 250 empresas constructoras y al día de hoy quedan sólo 50. Más de la mitad de esas compañías, afiliadas a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), han migrado en su mayoría al centro del país –y en menor medida a Estados Unidos– debido a la inseguridad reinante en México, aseguró José Eduardo Correa Abreu, presidente del citado organismo empresarial.

Manifestó que los delincuentes cobran a los empresarios derecho de paso para acceder a las obras. No puede ser que tengamos que pagar para ir a trabajar, lamentó. En cuanto al monto solicitado por las bandas delictivas, explicó que por cuestiones de seguridad los afectados se han reservado el revelar la cantidad.

Agregó que la extorsión telefónica es otro de los modos de presión del crimen organizado y que el robo de maquinaria aumentó considerablemente en los estados del norte de la República en el último año.

En este sentido, Correa Abreu aceptó que la industria de la construcción vive una situación muy delicada, pero todavía no se sale de control, y mencionó a Chihuahua, Tamaulipas, Nuevo León y Durango como los estados con mayor migración de empresarios del ramo.

Dijo que las empresas en su mayoría no han cerrado sus puertas, sin embargo, este éxodo ha tenido consecuencias en la pérdida de empleos y el problema ha empeorado en el último año y medio: Les aseguro que lo que sí existe es miedo, dijo.

Consideró que la solución para reducir la delincuencia es dar trabajo digno y bien remunerado a los jóvenes: Hay que capacitarlos, que lleven algo de comer a su casa, que tengan una vida digna, de otra manera la inseguridad va a seguir ganando terreno en todo el país; debemos generar empleos como única manera de tener paz social en este momento, advirtió.

Al término de la conferencia de prensa en la que se dio a conocer el Programa de Financiamiento para Pymes de la Industria de la Construcción, apoyado por la Secretaría de Economía, Nacional Financiera y la banca privada, Correa Abreu comentó que a pesar de que para el gobierno y las instituciones financieras la industria de la construcción era el patito feo y no se le tenía confianza: hoy se da un gran avance con dicho programa.

En el acto, el secretario de Economía, Bruno Ferrari, expuso que por medio del Fideicomiso México Emprende, se establecerá un fondo de garantía por 6 millones de pesos para otorgar financiamiento a las pequeñas y medianas empresas, y dijo que la meta es generar una derrama de crédito de mil 500 millones para alrededor de 750 empresas.

Ferrari aceptó que este esfuerzo donde se unen gobierno federal, banca comercial y Nafin, es un avance, pero “nunca será suficiente.