Washington, 20 de mayo. El presidente Barack Obama admitió hoy tener diferencias con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, después de sostener una reunión privada de 90 minutos en el Salón Oval de la Casa Blanca, donde el visitante rechazó en nombre del gobierno de Tel Aviv la propuesta del mandatario estadunidense, de aceptar las fronteras de Israel de 1967 como condición para negociar el reconocimiento de un Estado palestino con las autoridades de esa nación árabe.

La región de Medio Oriente atraviesa por un momento en el que hay tanto peligros como oportunidades, advirtió el gobernante demócrata al final del encuentro con Netanyahu.

Aunque Israel está dispuesto a hacer compromisos en favor de la paz, no puede volver a las fronteras de 1967 porque son indefendibles, ya que no toman en cuenta algunos de los cambios que se han producido sobre el terreno, que han sucedido en los últimos 44 años, dijo Netanyahu.

De esa manera, el jefe de gobierno israelí se refirió a la ocupación militar llevada a cabo a partir de la Guerra de los Seis Días de 1967 y al continuo establecimiento de decenas de colonias judías en el norte de Cisjordania y en Jerusalén este.

Desde el avión que lo llevó a Washington, Netanyahu planteó en un comunicado que la existencia de Palestina no puede lograrse a expensas de Israel.

Netanyahu aprovechó su estancia en Washington para manifestar su oposición al acuerdo de las principales fuerzas políticas palestinas, el partido laico Fatah y el movimiento de resistencia islámica Hamas, de formar un gobierno de unidad nacional en la franja de Gaza y Cisjordania.

El primer ministro israelí emplazó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmoud Abbas, a renunciar a ese acuerdo si desea hacer las paces con Tel Aviv, pero su portavoz en Ramalá, Nabil Abu Rudeina, respondió a Netanyahu que las relaciones entre los partidos palestinos es un asunto interno.