Trípoli, 25 de mayo. Aviones de combate de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardearon nuevamente hoy esta capital, en una serie de ataques que fue más intensa en la zona de Bab Aziziyah, donde reside Muammar Kadafi, en momentos en que voceros de la alianza comienzan a admitir que el objetivo final es el derrocamiento del líder libio.

La intensificación de los ataques en Trípoli, que dejaron 19 muertos y más de 130 heridos, ocurren a la par que Libia insiste ante Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en su exigencia de que las potencias agresoras pongan fin a los bombardeos. La demanda fue reiterada por el primer ministro libio, Al Baghdadi Alí Mahmoudi, durante una conversación telefónica con Ban.

A su vez, Ban Ki-moon reafirmó la urgente necesidad de un cese el fuego real y de negociaciones serias para la transición hacia un gobierno que satisfaga las aspiraciones del pueblo libio.

Rusia denunció estos ataques como una nueva violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad. Dmitri Rogozin, representante de Rusia ante la OTAN, afirmó que la ofensiva del bloque en Libia se aleja por completo del cumplimiento de la decisión de la ONU de proteger a civiles.

En un comunicado, Rusia abogó por el cese inmediato de las hostilidades y crear condiciones para impulsar procesos de reconciliación y paz nacional.

Pero voceros de la OTAN dijeron que el objetivo de los bombarderos es que para finales de junio o los primeros días de julio, Kadafi haya caído.

El Pentágono reconoció por primera vez el suministro de bombas a los aliados que operan en Libia. Desde el primero de abril Estados Unidos ha suministrado municiones y apoyo técnico a la OTAN por más de 24 millones de dólares.

En tanto, la refinería estadunidense Tesoro dijo que compró el primer cargamento de petróleo a rebeldes que controlan el este de Libia, en un acuerdo que podría ayudarles a reunir fondos para luchar coantra el régimen de Kadafi.