El Foro Internacional sobre Niñas, Niños y Adolescentes Migrantes no acompañados o separados de sus familias concluyó ayer con el reconocimiento de los participantes de la necesidad de contar con políticas públicas que prevengan el fenómeno y lo aborden con una perspectiva interdisciplinaria e integral.

Para ello se requiere la acción coordinada de los tres niveles de gobierno, así como la cooperación de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos. Además, es indispensable que se reconozca la edad de estos migrantes (menores de 18 años) en el discurso y en los hechos.

La lectura de las conclusiones estuvo a cargo de Fernando Batista Jiménez, quinto visitador general de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien enfatizó la importancia de dar seguimiento puntual a las propuestas surgidas del foro, con la finalidad de generar acciones públicas concretas y garantizar su cumplimiento efectivo.

En cualquier caso, indicó el funcionario, se deberá observar el principio del interés superior del niño, no discriminación, su derecho a la participación y el principio de no discriminación de la migración irregular, entre otros.

En relación con la condición de refugiado habrán de adoptarse medidas para lograr que el niño que trate de obtener tal estatuto, o ya lo tenga, goce de la protección y la asistencia humanitaria adecuadas. En el caso de que carezca de familia, el país anfitrión debe garantizar su protección y cuidados alternativos especializados.

Las conclusiones, contenidas en 19 puntos, también proponen generar acciones para evitar la detención y privación de la libertad de los menores, y se retomaron las medidas planteadas por Unicef respecto a ofrecerles alojamiento en centros de protección social donde se garantice su seguridad.

En otros puntos se incluyó el tema de contar con recursos económicos suficientes para el desarrollo de políticas públicas en la materia, así como favorecer el acceso a la educación para los menores migrantes y combatir la violencia y abuso doméstico.